SUEGRAS DIVINO TESOROS

Dicen que las suegras se convierten en el mayor obstáculo para la felicidad de un matrimonio...pues cuando llegue el día de casarme yo tendré una guerra para toda la eternidad.
Tengo el extraño don, bueno si a esto se le puede llamar don, de caer rematadamente mal a las madres de mis novias.
No se si será algo físico, psíquico o cualquier otro factor externo, pero la realidad es, que haga lo que haga nunca soy una persona lo suficientemente "Decente y legal" para sus hijas.
Hombre, la verdad es que algo golfillo si fui en el pasado, pero de ahí al juicio al que me someten pues como que te parece excesivo.
La verdad que acabas tomándotelo con humor porque en parte lo entiendes, sobre todo si son hijas únicas. Comprendes que para ellas seras el degenerado que que se tira a su hija siempre que puede e incluso mancillas su propio hogar cuando ellas se van de vacaciones.
El problema es cuando ese virus se extiende también a las madres de tus amigos.
Si porque este extraño que incluso las madres de tus amigos, la de toda la vida que saben de sobra que no has robado coches, no te drogas o no eres ningún asesino en serie te despidan con frases como "Cuidado con lo que hacéis" o cualquier otra lindeza que te hace hasta sentirte mal.
Incluso piensas que tal vez tienen algo razón y que igual ejerces una mala influencia para su pobre hijo. Claro que luego, ves que su querido hijo ha acabado mas borracho que tú, ha liado unas cuantas y vuelve a casa como si hubiese estado en una guerra. Es entonces cuando tu amistad vale mas que tu orgullo y decides no grabar vídeos para enseñárselos a la preocupada madre, mas que nada, para que vea lo que hace el angelito de su hijo sin tu ayuda.
En fin, la conclusión a todo esto es que el único aprecio que me queda de las mujeres de mas de cuarenta años será de aquellas con las que compartes apellido.
Ama, amama y tías (Algunas) serán las únicas a las que parece no afectarles este virus. Bueno, últimamente mi madre parece estar también afectada, aunque la pobre mujer tiene razones para ello.
Por ello cuando alguna amiga enseña a su madre algo que he escrito y la mujer con toda la inocencia del mundo le dice a su hija que yo le caería bien, no dudo en responder que eso es porque aun no me conoce.