12/30/2014

CUATRO REVERENCIAS

Otro circulo a punto de cerrarse o quizás un baile sonando el último compás, es lo que se puede resumir un año. Este se parece más bien al tercer acto de una obra de teatro que ha estado fraguándose durante años entre bambalinas. El actor que todos escondemos en lo más profundo de la razón, ese que busca el aplauso sin desprenderse de la modestia, al fin está viendo como todas las piezas terminan por encajar en un viaje que aunque elegido, a veces realmente ha sido una auténtica putada.  
Aquí estamos otra vez, de nuevo ante vosotros, ojos invisibles algunos, otros conocidos anónimos y por último los íntimos aventureros que se aventuran en mis abismos. Esa mezcla entre la locura felicidad y la cordura tristeza, vaivenes emocionales, capaces de hacer desistir hasta los más osados.
Aun así aquí seguís.
Si fuera creyente de niños concebidos por el arte divino o reyes de oriente, pensaría que se trata de un milagroso regalo. Pero creo que sigo siendo lo suficientemente cabrón como para no merecer todo lo que tengo a mi lado, lo bueno, es que he aprendido a valorarlo con la suficiente intensidad que se merecen ese tipo de personas. Será que estoy aprendiendo a aprender de nuevo, en ese viaje de osadía al volver a ponerme a un volante o tomarse con buena filosofía la monotonía laboral gracias a mi par de escuderas.
Sin embargo me gustaría dedicar esta última entrada a mi póker de reinas.
La primera es la inamovible atada a mi zurda como si supiera que nunca dejaría de meter la pata, es extraño, me confieso ateo y sin embargo creo en el poder de los recuerdos. Esa espiral de conocimiento adquirido con una mera imagen, un recuerdo, ese instante de saber que aunque no vuelvas a ver a esa persona, siempre será eterna en algún lugar de tu pecho.
Las otras tres son mis puntos cardinales.
El Norte que me centra entre las locuras pasajeras de tinta y los acantilados de suicidas emocionales que me arrimo demasiado. Ella es la primera en filtrar toda las ideas, una domadora de palabras ajenas, que siempre me regala el tiempo para poder amaestrar un Jacaré en la lejanía de una selva o una Bella que nació Bestia, en las orilla de un Río que no es Río sino Ría. Esta es mi primera reverencia porque no quiero dar nada por sentado y siempre tener presente que cada vez que doy un paso hacia el galimatías de la creatividad, ella está a mi lado sin pedir nada a cambio.
La segunda es una Bruja del este, sin zapatitos de tacón rojos, la teniente de mi Nostromos que cuando la nave está a la deriva. Sin necesidad de mover la nariz para hacer aparecer a un anárquico genio bajando unas escaleras, parece simple, pero ahí es donde reside la genialidad de la modestia de alguien que no sabe dar menos que todo y no pedir más que nada. La catadora del estofado a medio cocinar entre Caperucitas con látigo o bares imposibles a medio camino entre esa vena bastarda hacia la crítica y la honestidad de alguien que solo quiere tener una historia que seguir contando.
La tercera aunque también pertenezca al Este terminó por ser el norte, un centro realmente sorprendente, haciendo que cuando pensé que no podía ofrecerme más, se sacó un conejo de la chistera. La electricidad de la dulzura emocional, que ha hecho que las cámaras de una anciana realmente te hagan sentir la crónica de toda una vida o las punzadas de genial perrería de una Irlandesa cuyos negocios oscuro, terminan hasta resultar divertidos.
Muchos no entenderéis la mitad de estas frases, no os preocupéis, en el año que entra lo entenderéis.
Por eso quiero dedicarlas a ellas estas últimas líneas, por no tenerlas a todas aquí y ahora para decirlas cuanto las quiero a sabiendas que odio esas dos palabras. Pero las quiero como un tahúr querría tener esa mano en la partida de póker de la vida, si bien no es imbatible, es una mano que te cagas.
En cuanto al resto daros las gracias por seguir leyendo estas líneas y prometeros que mientras tenga ojos al otro lado, seguiré inventando otras historias. Existencias que ya están comenzando a cobrar forma deformada, entre asesinos locos o policías tatuadas por una infiltración erótico festiva. Nuevas líneas que harán surgir una historia de amor entre una Emo suicida y un tipo gris sumamente gafe carente de memoria, que resultará esconder un mortal secreto.
Aunque eso será en el año que viene, este solo me queda levantar un buen GinTonic a vuestra salud, colocar un disco del único Doctor que hago caso y desearos que todos hagáis lo que os venga en gana y si no es muy legal al menos que no os pilles.
Pero sobre todo vivir el uno de Enero como si fuera el Treinta y uno de Diciembre.
El 2 con la misma intensidad.
El 3 con la misma intensidad.
Y así sucesivamente.    



                                                                                                                                          

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12/19/2014

EL OLENTZERO VIAJA EN UNA FURGONETA AMARILLA

Los viernes suelen ser días extraños de carreras, atascos y un cúmulo de trabajo que puede llegar a ser a llevarte al límite. Horas que se alargan como la decena de chicles que tienes que meterte en la boca para no dormirte.
Bostezos, tocada de cláxones y algún que otro fitipaldi que olvida lo que es un volante con el olor a fin de semana.
Sin embargo como los días raramente peculiares este ha empezado con un simple detalle, la idea de poder entender un mensaje en el móvil de Correos. Esas líneas que te dicen que un regalo ha llegado a tu casa y después simplemente ha desaparecido, me explico, algo como que mirase en mi buzón en busca de una notificación que tal vez fuese invisible, cual invitación dorada de Willy Wonka, como entrada al surrealista mundo de las cosas que se pierden en el limbo de la empresa pública.
Brillante mi idea de decidir ir a buscarlo yo mismo.
Para empezar una bonita cola de unas diez personas, quince minutos de espera y una de las dos “amables” administrativas, decidiendo cerrar la ventanilla, he decidido desistir en seguir esperando. Pero no por ello me he rendido, esa cabezonería que me aleja de mi signo como Géminis y me acerca al par de Tauros que me suelen acompañar…ahora que lo pienso…me estoy convirtiendo en otra ella!!
Bueno a lo que voy.
Decido optar por la llamada y una máquina me da los buenos días, empezamos bien, aunque no por ello he desistido, pensando con toda la ignorancia del mundo, que la rebelión de las máquinas hubiera tenido una tregua por mí.
-          Digame el número de envio.
-          A 2 1 4 S….
-          A 2 1 4 F… ¿es correcto?
-          No
-          Repita el número.
-           A 2 1 4 S….
-          A 2 1 4 F…¿Es correcto?
-          No.
-          Repita el número.
Tras media docena de intentos finalmente han decidido pasarme con una operadora y hacerme sentir un pobre disléxico al que ni un ordenador entiende. Una cosa señores de Correos, solo una sugerencia, si el maldito ordenador no capta la diferencia entre la S de SEGOVIA, SUERTE, SOBACO... y la F de FEA, FULANA, FETIDO….¿No sería mejor que no entrasen en la bases de datos? Sé que les dejaría sin diversión pero ahorraría muchos dolores de cabezas y ganas de hacer volar los teléfonos portátiles.
No penséis que con la operadora ha mejorado el momento.
-          -  Dígame el número.
-          -   A 2 1 4 S
-          -   A…….2…….¿1?
-          -  Si
-          -   4….. S……¿S de Segovia?
Creerme que me han dado ganas de contestarle – No, S de Fetido…
Bueno tras eso y descubrirme que como esperaba el paquete seguía desaparecido le he preguntado si habría alguna forma de poder ir a buscarlo cual Indiana Jones.
-         -    Si pero debería esperar al segundo aviso.
-         -    Vale, ¿pero entonces no puedo ir yo a por él?
-          -   Si, si puede.
-          -   Vale, ¿me puede decir entonces a donde?
-          -   Si, pero como le digo debería esperar al segundo aviso.
-          -   ¿Debería o deberé?
-  Vale que no sea usted de números pero leches, utilice el tiempo verbal correcto!
-          -   Pero entonces no puedo.
-          -   Si…
-          -   Vale….
-          -   …..
-          -   ¡Pero a donde!
-           -   Si quiere le doy el número de teléfono de la centrar de… ¿Llama por un paquete para Bilbao verdad?
¡Hija mía que lo acabas de mirar en el ordenador!! Como me lo hagas repetir otra vez la S de Segovia se va a convertir en F de Furcia.
Lo admito, después de eso me he rendido y he colgado el teléfono, herido y totalmente abatido por no hacerme entender. Viendo pasar cuatro furgonetas amarillas entre suspiros de pensar que mi pobre paquete iba en una de ellas, a la quinta no la he dejado pasar y cuando la he visto he ido tras su búsqueda hasta darla caza en el semáforo en rojo.
En un minuto he tenido que lidiar con una compañera a que un día la vamos a matar a base de pasar momentos embarazosos (la pobre la hacemos pasar una de vergüenza) Una guerra de manos largas a gritos
-          -   Baja la ventana.
-          -   No
-          -   Baja la ventana.
-          -    No que llamo yo a donde sea.
-          -   ¿Qué más da? La máquina no te va hacer ni puto caso.
-          -   ¿Pero que le quieres decir?
-          -   ¡Que si mi paquete se ha perdido en el triángulo de las Bermudas!
Eso parece que la ha convencido y allí, parado en un semáforo he entablado una conversación con un señor Barbudo y afable que me ha dicho en menos de lo que se pone en verde, que no puedo recogerlo hasta el segundo aviso y que espere un día después de recibir la notificación más o menos hasta el martes.
Tiempo de la conversación 10 segundos.
Tiempo de la llamada 20 minutos 23 segundos.
¡Ganador el Cartero Barbudo por goleada!
Entonces el milagro ha ocurrido.
200 metros después el buen hombre me ha hecho señas para que bajase de nuevo la ventanilla y las palabras mágicas han surgido de su boca.
-          -   ¿Dónde vives?
-          -    En Santutxu.
-          -   Pues es mi zona, creo que tengo tu paquete aquí.
¡Aleluya!
Así que ahí estamos, en mitad del Arenal, sujetando los paquetes a rebosar del buen hombre para que buscase entre la decena de bultos el que llevaba mi nombre. En mitad de la calle y echando una firma como los famosos, finalmente he conseguido lo imposible, venciendo al sistema gracias a la inestimable ayuda del cartero que se merece ser el trabajador del mes y que le den como paga extra el sueldo de la máquina.
Entonces me he percatado, barbudo, bonachón y con un medio de transporte repleto de regalos de navidad…
!Eskerrik Asko Olentzero!   



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11/24/2014

BALONES FUERA

No soy fanático del futbol, cada año un poco menos desde que veo a los pega-patadas en calzoncillos en las marquesinas de autobuses. Me parece de locos. Esa euforia colectiva alzando a gente egocéntrica, sin otro léxico que los tópicos del deporte de élite y fracaso escolar. La necesidad del individuo frente al grupo, los problemas o cualquier realidad lejos de un campo con forma de coliseo romano, donde paradójicamente, los nobles saltan al césped y los pobres abarrotan las gradas.
Sin importar que el mundo se desmorone bajo sus pies bañados en oro.
Para la supervivencia humana, siempre habrá excepciones, St Pauli por ejemplo, un club que sacó de sus gradas el racismo y el machismo, donde cada quince días un partido no se limita al futbol sino un cantico continúo por la igualdad.
Pero no voy a hablar de alemanes.
Hoy quiero hablar del equipo de Madrid, el único que aún puede tener ese título, ni vikingos ni indios, los únicos que pueden ser son Bucaneros. El pequeño de los tres, ese que lejos de la galaxia de estrellas, se han mantenido en el mundo terrenal para comprender que la humildad los hace grandes. Enormes. Un rayo de esperanza para una anciana desahuciada sin ningún tipo de humanidad y que ellos han decidido no cerrar los ojos, dar un paso adelante y hacer lo que un Estado de corruptos no ha querido ni mover un dedo y sacarles los colores rojos y azules. 
A fin de cuentas todos piensan en el verde o el negro en su defecto si son en tarjetas.
Ahora los payasos de la tele dicen que le buscarán una casa.
Ahora que saben que les puede costar más votos.
Esos mismos que no intentan perderse ni un partido en los palcos de los otros dos “grandes” equipos, lejos de ese calor que un barrio obrero ofrece, lejos de Vallecas, un lugar que sabe que es la solidaridad a pesar de tener poco que ofrecer pero que ha enseñado tanto a un mundo de luces y folclore.

Envidia sana deberíamos tener de no tener un equipo como el Rayo Vallecano cerca de nuestras casas y vergüenza ajena que no existan más como ellos.


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9/23/2014

ESCUCHAR EN CASO DE EMERGENCIA

Los regresos  suelen ser duros, esas rutinas que todos conocemos y deseamos que nos los cambien seis dichosos números que por supuesto nunca son los tuyos. Una pérdida de dinero en un saco con la palabra sueño escrita y un enorme agujero en el fondo, no es para nada un plan brillante, tanto que sería mucho más sencillo secuestrar a cierto perro millonario.
Entre estos desvaríos te levantas con las legañas bien situadas, deseoso de poder tener una pistola para vaciar un cargador en el maldito despertador o al menos una bala personal para terminar con la tortura. Inicio poco halagüeño pero que no es sino el empujón de salida entre el frío y el calor del agua de una ducha que parece ser demasiado bipolar para las siete de la mañana.
Mucha cafeína por vena es la primera brillante idea, pero ni siquiera el café sabe así, la maldita cafetera no es sino una imitación barata de esa que es capaz de llenar vasos tamaño cubata. Otro recuerdo que no ayuda a coger la mochila, el tapper y la bolsa repleta de ropa brillante para parecer un emigrante autóctono, desganado ante la barrera del metro, tanto que ni siquiera intentas correr hacia el vagón cuando le ves llegar a la estación, bajo la creencia que seguramente no lo cojas.
La ironía fina hace que por primera vez lo hubieras cogido a cambio de un sprint.
Tres minutos arriba no llevan a ningún lado, así que esperas paciente entres bostezos mientras miras las vías como las vacas miran al tren. Es mejor mantener el pensamiento bajo control, no gusta que la inventiva intente funcionar en ese estado, es mejor matar ideas antes siquiera que se formen en la cabeza.
Esos pensamientos son peligrosos porque a veces te provocan tener que escribirlos en papel.
En vez de eso observar sin mirar a la gente, absortos en sus micros universos de mensajes de texto virtual o prensa gratuita de papel tangible repleto de tinta. Un conjunto que oscila entre cualquier tonalidad de gris, bonito color para esta villa escondida en la piel de ciudad, con sus cláxones. Atascos salpicados con las gotas que caen suicidas del cielo para terminar haciéndose añicos contra la parte de tu cabeza que ha perdido la batalla contra la calvicie.
Lo siguiente son dos golpes en el pecho para comprobar si aún hay alguien viviendo allí, no es una solución, pero salir a las calles de la ciudad suelen ser bueno para combatir esa mezcla de polución externa y nicotina propia. Es la manera castiza de arreglar cualquier cosa, un par de ostias, una bonita manera de recordar eso que la letra con sangre entra.
Hemoglobina perdida entre las venas congeladas de un Martes con la careta de ser el Lunes más hijoputa de la historia, bueno tal vez no tanto, quizás solo sea el peor de las últimas décadas…lustros…años…meses…semanas...
Arropado por la desazón girar la llave del contacto del coche, solo para comprobar que alguna torturadora indirecta, ha dejado puesto a esos cuarenta principales del hemisferio sur. Como una de las plagas apocalíptica se escurren por los altavoces en busca de la producción de una otitis crónica, haciéndome olvidar si acabo de llegar a Hollywood o simplemente hemos decidido que la definición de música se ha convertido en algo sexista, sin alma y sin ganan de sentir lo que se canta.
Ese es el momento que te apetece provocar un autosuicidio propio.
Entre gasolinas, gustos de nalgas y demás lindezas que algunos osan llamar como letras, recuerdo que la salvación esta tan cerca como el bolsillo de mi pantalón. Mi fiel escudero con forma de reproductor de música espera a su Don Quijote, no le decepciono, atándole cual embrión al cordón umbilical del coche para que me salve de los molinos. No falla. Nunca se ha equivocado a la hora de salpicarme de notas musicales el cerebro, sabiendo que la mejor cura para este tipo de mal es una buena locura transitoria.
Tan solo necesito ocho minutos y catorce segundos de terapia.
Quien ha conseguido traspasar mis barreras personales sabe que una de las intimidades que más me gusta compartir es la melodía, una canción que defina a cada relación, ya sea truculenta, divertida o íntima. Es mi pequeña debilidad. El deseo de cerrar los ojos y montar a piezas un todo, sintiendo las palabras hasta que se convierten en verso o los sonidos en melodía. Poco supera la exigencia de ese deseo, canciones que retuercen cosas que creí rectas o deshacen entuertos diarios como el de hoy.
Es difícil de explicar pero fácil de reconocer cuando se siente, tan sencillo como sentir el deseo de vocear cual loco subido a su colina, denudo de cualquier piel manchada de contaminación ajena a lo personal. Dibujando la sonrisa pirata con barba ermitaño mientras sortear los coches a golpes arrítmicos en el volante, sin mirar el tiempo, deseando que ese instante dure toda una eternidad o al menos unas cuantas horas.
Dura ocho minutos y catorce segundos.

Lo suficiente para arreglar el día.  

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9/18/2014

UNA SIMPLE MALETA DE MANO

Siempre existe una necesidad de desconectarte de la realidad, bajo la protección de una maleta y las ganas de simplemente estar en otro sitio. Son periodos de desintoxicación emocional o cansancio, donde prima lo diferente frente a la monotonía.
Pongamos que hablo de Madrid.
La ciudad del caos y los cláxones o como decía la gran canción de Sabina, donde la muerte viaja en ambulancias blancas. Edificios que te ahogan, que en cuanto llegas y brotas de las entrañas de la estación de autobuses, el calor te golpea para darte la bienvenida. No parece un buen lugar para pasar unos días y sin embargo se puede convertir en un lugar especial si encuentras la mejor compañía.
El secreto para poder llevarte bien con una ciudad tan loca es simple, debes de estarlo tu también y si de paso te marca el camino una tarada de vocación, en cuya locura reside su genialidad, el resultado puede ser cuanto menos inesperado. Una mezcla ideal entre lugares imposibles como bares en la sexta planta de un edificio de viviendas, o una antigua taberna por la que tienes que pasar debajo de la barra para sentirte como un mafioso. Las historias que esconden esos muros son cuanto menos increíbles, crónicas de un tiempo pasado, donde las ricas amputaban manos a sus hijas difuntas, las monjas las poseía el demonio o los extraterrestres hacían viajes asiduos a la orilla del Manzanares.
Mención especial se merece Pildoritas y su estrepitoso fallo a la hora de robar un tren, eso si, con huida en taxi incluida.
La ciudad reconvertida, esa escondida que ni la inutilidad de sus dirigentes podrá jamás hundir puesto que incluso la basura se convierte en música, los desechos en instrumentos y las pequeñas grandes personas que pueblan las calles, la melodía idónea para servirte de alimento con disfraz de robo, para usar una parte de las vivencias acumuladas en beneficio de crear personajes que intentes escaparse de las letras impresas en una hoja en blanco.
Por otro lado es cierto que hay que innovar pero a la par no olvidarse de las tradiciones, esas de narices rojas acompañadas de la estupidez mas estúpida. Cambiar una carretera de Centro America por una autovía de la España profunda, entre buitres y camiones asesinos, buscando una visión propia y sin duda distorsionada de siglos de historia. La mezcla idónea entre muros y acueductos, pasando por la poca pericia a la hora de no golpearte con techos bajos o compartir una amena charla salpicada del frikismo mas sano.
La guinda resulto estar al Este, el lugar donde descansan mis sueños, donde por alguna extraña e inexplicable razón, siempre consigo que la inspiración vuelva tras su exilio forzado. Es esa mezcla de buena compañía y una mano increíble para la buena comida, de sentirte valiente para ver películas de miedo o charlar sin importar la hora que marca el reloj, es esa sensación de sentirte en equilibrio. El sabor en el paladar de lo placentero de poder encajar en un dúplex estilo el camarote de los hermanos Marx, donde la genialidad despistada habita abajo y el pequeño santuario que me aporta calma arriba.
Observar los ojos ajenos devorando las líneas propias, con el nerviosismo del momento al querer y desear que ese alimento le guste, como un chef con un comensal realmente importante, impaciente, teniendo que necesitar toda la fuerza de voluntad para no desvelarle nada antes de tiempo.
Una sonrisa de satisfacción.
El simple gesto dibujado en los labios vale más que cualquier palabra y esa presión al lanzar el ultimo abrazo, te hace comprender que al igual que en las otras pequeñas etapas, esas son las personas que quieres a tu lado.
Es el secreto del loco y la genialidad del tonto.
Una simple ecuación que te hace comprender la única verdad absoluta sobre lo insignificante que son en realidad los lugares del mundo, cuyo mayor tesoro, siempre será las personas que los habitan.



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8/08/2014

PASADA LA MEDIANOCHE EN NUNCA JAMÁS

Cuando el insomnio llama hay que aprender a utilizarlo en tu favor, regla básica de supervivencia para locos creadores y demás especies nocturnas que escapan de la razón de lo cotidiano. El resto de los mortales no busquéis ninguna explicación, los que lo han entendido a la primera que sigan escribiendo porque entenderán las siguientes frases.
Esos enemigos de dioses del sueño y reyes de colchón de pluma que pueden vivir a base de nicotina y cafés tamaño industrial cuando sientes que las neuronas están de su lado. Aves nocturnas que dan rienda a sus pasiones, de carne o mente sin importar que el despertador probablemente los asesine dentro de pocas horas, sin necesidad de resoplar preguntando el motivo de la carencia de sueño sino buscando una manera de combatir la guerra perdida al descanso.
Un secreto.
Al menos en mi caso me suele dar igual que me miren raro cuando digo que he dormido menos horas que los dedos que tengo en una mano, sobre todo porque al sacrificar unos cuantos minutos, suele ser por la mera excitación de estar acabando un puzzle de palabras que ya dura tres años. Es simplemente emoción sin filtros. Esa sensación de ver el final de una historia que nació con el dolor y la decepción de un proyecto que se nos fue de las manos y al que vendimos parte de la salud, es dejar las aglomeraciones de ojos y centrarse en un pequeño publico selectivo para hacerles partícipes de este plan desordenado. Es sentir como subes y bajas con los sentimientos de unos personajes que no existen en realidad y al mismo tiempo son tan reales como pequeñas partes de uno mismo.
Un galimatías que muchas veces te hace dudar quien manda a quien.
Es sin duda saber haber despertado la curiosidad en la gente y disfrutar con sus opiniones salpicados de consejos, a veces sin que ellos mismos se den cuenta, para poder llevar a buen puerto la historia de un teatro contada de una manera tan atípica que a veces puede llegar a rozar la locura del autor. Pero solo hace eso. Arañar la superficie de lo que ahora mismo estoy sintiendo, esa satisfacción de ver una genialidad hecha dibujo en forma de visión satírica de lo que para mí sería Nunca Jamás. Un antro donde poder escupir entre relatos a los personajes de los cuentos infantiles pasados por la batidora de mi cabeza, es simplemente odiosamente divertido, sentir ese juego de tira y afloja entre un bar del surrealismo y un teatro salpicado de oscura realidad.
Tranquila/o sino lo entiendes, con un poco de fortuna podría ser que en el futuro lo entiendas.
El resto, aquellos que lo entiendes deciros que a pesar de pensar realmente que no llegaría para Septiembre a terminarlo, me he vuelto a sorprender a mí mismo y mis sesiones de evasión del sueño tecleando como un adicto, no por las ganas de terminarlo sino por verlo tan claro que me parecería un insulto no verlo.
Eso sí, sigo sin tener ni puta idea si ya he perdido el mando de todo esto.

  

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EL VICIO DE VOLVER AL CHANDAL DE FELPA

Es curioso la manera que los años nos vuelve nostálgicos y nos da por querer recuperar los momentos de la memoria de hace tantos años. Creo que es algo intrínseco a la propia naturaleza humana que al pasar la barrera de la treintena, nos fustigamos con esos recuerdos de los años que no había más de dos cadenas en la televisión.
En otras palabras las quedadas con los que fueron tus compañeros de colegio.
Es una mezcla de divertida tragicomedia, donde en el fondo, no nos mueve otra cosa que la dichosa vanidad de ver si nuestra vida ha sido más completa que la de ellos. Es una competición salpicada de anécdotas y las odiosas fotos ochenteras, esas repletas de chándales de felpa y estilismo que ahora sería valorado por cualquier Hipster que se precie.
No es que esté en contra de ellas ni mucho menos, simplemente que me parece querer remar contracorriente sin necesidad. Es rememorar historias a veces ridículas, otras divertidas o incluso algunas que puedan abrir viejas heridas, no suele ser habitual, sobre todo cuando has hecho terapia de choque contra la vergüenza a base de viajar por el mundo con una nariz de payaso.
Todas ellas empiezan igual.
El reencuentro quince años después para ver si la edad, las canas o la calvicie te han tratado mejor que al resto, deseos disfrazado de sonrientes apretones de manos, donde todos esperan ver aparecer a los más populares de la clase convertidos en poco más que despojos humanos.
La crueldad en estado puro.
Luego vienen las anécdotas y sobretodo el desconocimiento de los nombres de los que están allí si la reunión es de todo un curso, no por olvido, simplemente porque durante tantos años de tu vida han pasado demasiadas personas como para poder haber almacenado detalles de cada uno de ellos.
Luego vienen los silencios.
Es algo lógico dado que realmente te has juntado con una panda de desconocidos que o bien quieren contar sus vidas o bien deciden permanecer en silencio ante la idea de no necesitar hablar sobre ellos, palabras vacías, que por lo general vienen acompañadas de futuras promesas de nuevas quedadas que por lo general se evaporaran con el paso del tiempo.
Sin embargo con eso saciamos la curiosidad y podemos volver a casa satisfechos de ver que no somos los que peor estamos.
La realidad es mucho más simple que todo eso.
La distancia que ejercemos sobre las personas siempre es voluntaria, es una elección propia que nos hace crecer como personas, nos rodeamos de la gente que nos llena y seguimos caminando. Paso a paso. Viendo por ejemplo a quien desde hace dieciocho años es mi mejor amigo casarse el año pasado o teniendo preparadas unas vacaciones de okupa en casa de la gente que me aporta las fuerzas para seguir haciendo lo que tanto me gusta.
Tal vez por eso no entienda nunca esas reuniones o cenas, seguramente es mi parte egoísta alimentada por la propia vanidad, que me empuja a intentar aprovechar el máximo tiempo que puedo con esas personas y dejar a las demás en simples recuerdos borrosos diluidos en la memoria.
   


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8/04/2014

LA BANAL REALIDAD DE LA NECESIDAD

Cada cierto tiempo me pongo a pensar demasiado, un defecto de fábrica, que termina por hacerme comprender que a veces tendría que haber tomado otro camino. El remordimiento que siempre va intrínseco a la toma de decisiones, la paradoja de darle demasiado a la cabeza tras haber aprendido a cerrar entre las costillas en el corazón. Una cicatriz del pecho que forja a cada uno de nosotros sumergiéndonos en la duda si realmente te gusta lo que haces o llegará a servir para algo.
Son los momentos narcisista.
Todo nace entre las notas de la banda sonora que nos acompaña como ADN a lo largo de nuestras vidas, la mía nunca pudo haber sido lineal, un continuo naufragio entre la chulería de un Loco y la dulce traición de aquel que con voz quebrada siempre camino por las calles de luces de neón.
Son los momentos de duda.
Es esa necesidad de crear algo único, sin fecha de caducidad, golpeando las teclas como una imitación descolorida de un desgarrador poema de Bukowski, sucio y directo, bordeando la realidad hasta desnudar el alma más dura. Genios. Personas que consiguen entrar en la gente que sabe escuchar y produce la envidia ante la creación, pensando que son las mismas letras que miras en el teclado pero sin esa esencia.
Son los momentos que te asomas al abismo.
La duda nace de lo simple, esa necesidad de buscar un público a quien dirigir los aullidos inconexos, buscar a personas que puedan sentir lo que transmites, aunque a veces sea desconcertante y otras, roce el caos. Desnudándote. La manera de vivir una pasión que nunca será lo suficientemente lineal para no meterte en el fango.

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7/21/2014

CURVA CERRADA!!

Las líneas rectas no suelen ser la tónica habitual de ninguna existencia, una cosa que suele ser buena para romper la monotonía pero que a veces termina por ser una sucesión de hechos digno de un Sketch de los Monty Python.  Es cosa curiosa. Durante una década de tu vida no coges un coche y en unos meses comienzas a conducir toda una jornada laboral diaria, es como eso que sino quieres taza toma dos tazas.
O más bien todo el puchero.
No es que me desagrade ponerme al volante, simplemente que nunca lo había necesitado de manera real, así que cuando me ofrecieron ponerme al volante de un flamante mini Toyota no lo dude. Bueno si un poco, lo justo que duró la idea de tener que recorrer la ciudad cuesta arriba y cuesta abajo.
Así que puestos tras el volante me doy cuenta del significado de una jungla de cristal, dejando de lado los tópicos de los taxistas avariciosos de carriles o los autobuses abusones que no saben el significado del pedal de freno, la fauna que queda es aún muy amplia. La oleada de niños, ahora de periodo vacacional pero el resto de año cual marabunta saliendo en tropel del colegio, osados enanos, sin miedo ante los coches. Tampoco nos vamos a engañar. Al crecer no es que mejoren mucho, entre los abducidos por el móvil, aquellos sordos con su propia música o los aguerridos viejillos, el cupo está mas que compensados.
Estos últimos son los verdaderos putos amos de las calles.
Como ejemplo la regla aritmética que cuanto peor anden y necesiten bastones para dar sus pasitos, más tardan en comenzar a cruzar, esperando incluso hasta el último parpadeo del hombrecillo verde para iniciar la marcha. Eso los que entienden que los pasos de cebra no están electrificados, uno de cada diez, uno arriba uno abajo, el resto prefieren la aventura de salir a la calzada donde les venga en gana, cuanto menos visibilidad mejor.
En fin como prometí a mi copiloto esta canción ahí va, como dice el Loko vámonos a LA y por supuesto en Cadillac en vez de Toyota, aunque sea de segunda mano.





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7/04/2014

CUALQUIER CORAZÓN PUEDE CANSARSE DEL MIEDO

Nunca me he considerado un ser emocional, ni de palabras bonitas o sentir la flor de piel por cosas mundanas, no soy de lágrima fácil al ver la televisión e incluso hay gente que me considera más frio que un tempano de hielo ante mis reacciones.
Seguro que tienen todos razón pero quiero pensar que intento usar mi lado sensitivo para las cosas realmente importantes, aquellas reales de piel y hueso, las historias reales que superan con creces a los dramas ganadores del premio Oscar.
Somos bombardeados por el veneno del consumismo y rebajas para seguir comprando sin miramiento, nada de pensar con libertad o ver sin las lentes distorsionadas que los medios de comunicación nos intentan hacer ver la realidad. Noticias nacidas del subjetivismo, esa total pleitesía a los partidos políticos, los títeres que pagamos todos y no tienen el menor reparo en mentirnos a la cara. Pero  ellos no son más que los guiñoles de trajes caros bailando al son de la élite, no importa que sea la supuesta izquierda, la derecha o el centro, el mismo mensaje con distintos rostros.
Somos los de abajo quienes sufrimos la miseria,  quienes nos ahogan con impuestos que lejos de repercutir en nuestro cada vez más marchito estado de bienestar, se dedican a salvar a aquellos que manejan el dinero y crean nuestras necesidades. Nos matan levemente endulzando la agonía con el miedo o las promesas que estamos al final de un túnel, que nunca fue tal sino otra brillante idea de controlar de nuevo al poblacho.
Estábamos empezando a perder la docilidad, nuestros hijos comenzaron a estudiar con calidad, nuestros ancianos a tener una jubilación digna y todos teníamos oportunidad de contar con profesionales sanitarios ante la enfermedad, demasiado bueno, comenzábamos a ser indomables.
Así que aprovechando que vivimos en un sistema económico con fecha de caducidad pusieron en marcha el retroceso, empezando por saturar un mercado inmobiliario cual pavo el día de navidad, con pisos a precio de mansiones y con espacio habitable de una chabola. Sueldos altos para gente sin preparación, dejando la escuela para subirse a la utopía del ladrillo a sabiendas que el dinero comenzaría a engordar sus cuentas corrientes, euros rápidos en manos inexpertas, la combinación que buscaban para que las empresas saturasen el mercado con la necesidad.
El último móvil.
La casa de tus sueños.
El coche de alta gama.
Todo a cómodos plazos y todo sabiendo que si en algún momento el sistema caída ellos nunca perderían, el pueblo los reflotaría y además tendrían miles de esclavos a su servicio.
Un juego cruel porque aunque para ellos seamos solo números, la realidad es que todos somos personas, humanos sin polos Lacoste o Chalet de tres plantas pero con un corazón latiendo en el pecho igual que ellos.
No igual.
Infinitivamente mejor.
Porque la diferencia está en esa humanidad, en ver como una madre lucha con uñas y dientes por su hijo o como las calles se llenas de gente para pelear porque no se robe lo que tantos años tardó en conseguirse. Es hora que seamos consecuentes. Tiempo que aunque a alguno de nosotros nos vaya aún medianamente valoremos las necesidades reales que tenemos y cuales fueron creadas para atarnos, no necesitamos un IPHONE 5 para sobrevivir pero si a un médico. Un coche de cien caballos y multitud de extras no nos enseñará la riqueza de la cultura pero un profesor si lo hará, dejemos de ser irracionales y comencemos a usar la razón, el sentido que nos hizo convertirnos en seres evolucionados.

Creamos lo que nuestros ojos ven y no lo que nos quieren hacer creer, valoremos los gestos y no las promesas, nada de mañana habrá cambios, eso debe de dejarnos de valer desde hoy mismo porque si hoy no comenzamos una revolución real, no tendremos un mañana.

Ellos seguirán intentando que tengamos miedo.
Intentarán que sigamos ciegos.
Intentarán que sigamos mudos.
Intentarán que todo el mundo se quede sordo.
En nuestras manos darles la lección que frente a ellos no hay ovejas ni lacayos.
Porque uno puede ser fragil.
Dos un principio.
Tres el inicio de algo que les molesta.
A cuatro se les puede calumniar con el apelativo de terroristas. 
Pero a partir ce cinco se empieza una revolución.

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6/29/2014

ENTRE ZUECOS Y RELOJES

Pues tras diez días de pérdida transitoria del sentido del tiempo y un poco de esparcimiento personal, toca volver a enseñar el pasaporte para regresar a la rutina. Estas líneas aún son británicas, al menos durante las siguientes horas, luego simplemente formarán parte de una de las decenas de entradas que forman este espacio personal.
Si tengo que resumir esto en un adjetivo sería bueno.
Me gusta ver que la variedad cultural está a salvo en países como Holanda o Gran Bretaña, no digo que sean modelos perfectos ni mucho menos, pero al menos mantienen la esencia de lo que debería ser un ser humano y la intrínseca necesidad de expandirse y conocer nuevos horizontes.
Lo digo desde el conocimiento que da la causa, puesto en contra del 99 por ciento que visita Ámsterdam, ni he entrado a un Coffee Shop y el barrio rojo me ha parecido de lejos lo más feo de una ciudad que esconde cosas realmente increíbles. Cada museo, esquina o las decenas de clases de institutos o colegios que los visitan a diario realmente me ha hecho sentir envidia, esa variedad cultural, a veces empobrecida por ese triste resumen que se tiende a hacer de una ciudad, Ámsterdam es mucho más que putas en escaparates y pastelitos de marihuana, es un lugar acogedor donde puedes encontrar casi cualquier tipo de arte desde el genio Van Gogh hasta fotografía de lo más transgresora.
Con Londres me ha parecido algo parecido.
Ver que dos de los mayores museos sean gratuitos a la par de geniales me hace pensar que los del sur estamos haciendo algo realmente mal, puede que la gente no valore eso, aunque con el paso del tiempo luego nos arrepentiremos que lo único gratuito que nos quede sea ver los programas de cotilleo de la televisión privada.
Lo demás me lo quedo para mí.

Buena compañía y dos lugares a los que desearé volver algún día, suficiente para considerar sin lugar a dudas, un buen viaje.

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6/16/2014

GRACIAS

Cada día que pasa más creo que la vida es una puerta giratoria en la que entra y sale gente como si se tratase de una tarde de rebajas. Este planteamiento hace perder a veces la objetividad de los pequeños tesoros que se quedan dentro de esa puerta, las personas que de una manera u otra te ayudan a ser mejor a base de consejos o silencios según lo necesite la ocasión.
El secreto es saber separar el oro de la paja.
En esta ocasión me quiero centrar en aquellas que más me han ayudado a seguir haciendo lo que más me gusta, mi mayor satisfacción y a la par que quebradero de cabeza para equilibrar los gramos de cal con los de arena. Nunca he sabido cual eran los buenos o los malos. Simplemente me limitaré a hablar de ellas porque curiosidad o no las tres pertenecen al género femenino. Una por corregir todas mis patadas al diccionario cuando dejo que la imaginación supere a la ortografía en un intento por domar lo que la mayoría de las veces a mi me parece indomable. La segunda porque hace capaz de lo imposible, esa creencia en lo que hago cuando yo no lo hago, buscando a quien pueda trazar mis ideas o simplemente hacerme disfrutar del género de terror con los ojos entrecerrados y la única verdad que Prometheus no p
ertenece al buen cine, aunque tuerza el morro, jurándolo por las babas acidas o la teniente Ripley. La tercera porque su naturalidad a veces crea la pieza que falta para un final de libro que durante meses ha estado retorciéndote las neuronas, una leve frase en forma de interpretación y sin quererlo me ayudó a encontrar un final idóneo para la historia.
Gracias a ellas en Septiembre tendré terminado el borrador de estas historias cruzadas que durante tres años ha ocupado mi tiempo. A quien en algún momento lo lea y si les gusta que sepa que es gracias a ellas, yo simplemente me he limitado a escribirlo pero si en un par de meses puedo poner el punto y final a ello será a ellas.

Gracias a las tres.

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5/29/2014

PUDIERON

Lo del Domingo es algo que la gente lo veía, me refiero a las personas de pie de calle, esas sin corbatas y trajes caros, dietas millonarias o contabilidades con nombres alfabéticos. Me refiero a nuestros vecinos, familia o amigos, a todos aquellos que ni siquiera están ya dentro de las fronteras de esta gran nación, del rojo pasión y orgullosa por tener una final de fútbol entre dos equipos españoles, cuyas entradas por cierto, llegaron a valer más del doble del mísero salario base.
Ahora toca el mundial.
Al menos para todos aquellos que aún no se han dado cuenta que indignados no significa miserables sino humanos, necesitados y sentidos que los supuestos políticos que nos deberían gobernar terminaron por chuparnos la sangre. Nos sumieron en la miseria pero no pudieron quitarnos la dignidad, ni con multas millonarias, ni a base de golpes o intentarnos volvernos sumisos a bases de mentiras toxicas en aquellos medios de comunicación que aún creen que el NODO se sigue emitiendo.
Entonces alguien consigue unir a esa masa, de distintas ideas pero con las mismas necesidades primarias que la Constitución escribió con tinta mojada. Así que ahora querer una vivienda o un trabajo es ser Rojos, comunistas y anarquistas en busca de deshacer el equilibrio de este sistema perfecto.
¿Sin embargo es tan malo?
Parece que ahora aquel que querían convertirle en un payaso con coletas y su sequito de bufones han conseguido despertar el descontento. Resulta que su discurso ha conseguido aglutinar a todos aquellos que formaron el auténtico huracán del 15 M, no se tratan de números sino personas, cientos de miles que demostraron que quieren y se necesita un cambio.
Fue ese domingo que se recordará como el día que la derecha tembló y se les comenzó a caer la caspa.
Por eso me alegro por todos aquellos que han luchado y seguirán luchando porque ese cambio sea posible, conozco a uno y sé que pasión no les falta, que ellos sigan temiendo que la gente se esta hartando de ser pisoteada, que no solo los ricos tienen sueños o deseos sino que hasta el más humilde de los curritos puede desear la felicidad. Las mentiras seguirán intentando envenenar la cabeza de la gente pero el hambre y la miseria hace al ser humano más precavido ante lo que le cuentan, eso es lo que temen, que los supuestos Rojos comunistas realmente cumplan lo que dicen y hagan política de verdad, sin favores ni sueldos millonarios, eligiendo hacer política porque realmente quieren luchar contra un sistema clasista y caduco, sin buscar beneficios en empresas a cambio de un suculento puesto en una empresa privada cuando acabe la legislatura.
Tiene miedo porque son gente preparadas, con estudios, sabedores que pueden lidiar en un debate cara a cara contra ellos. Saben de lo que hablan y pueden defenderlo sin ningún apuntador detrás de los bastidores, algunos los tildarán de fenómeno mediático pero en realidad es alguien que sabe o al menos ha estudiado para ello. Terror a que empecemos a pensar lo curioso que resulta que para ser político ni siquiera se exija estudios mínimos. Gobernar este país ni siquiera requiere una especialización en nada relacionado con la política, es como si a un cirujano no se le exigiera estudiar medicina, ni conocer la partes del cuerpo, sino que alguien le diese un mono verde acompañado de un bisturí y lo metiese de cabeza a un quirófano.
Pensad un momento si os dejaríais operar por una persona así.
Sin embargo nos dejamos gobernar por ineptos o lo que es peor putos ladrones de mierda sin ápice de vergüenza y que incluso habiéndose descubierto ni siquiera optan por pensar en la dimisión.
Nos gobiernas personas indignas.
Pero la gente comenzó a hartarse el domingo.
No sí podrán cambiar este sistema podrido pero lo que nadie les podrá negar es que pudieron dar el primer paso y no tienen intención de irse a ningún lado, mas que le pese a la derecha más casposa o a la izquierda que representa una rosa marchita, no es odio lo que llenan las palabras de sus bocas, es miedo, lo repetiré mil veces si hace falta, miedo a que todo cambie y se descubra que la gente podemos y debemos vivir con una dignidad que estos días parece tan escasa como el agua en el desierto.
Gracias por al menos devolverme la ilusión y ver que alguien pudo dar un golpe encima del tablero para hacer que las piezas se tambaleasen.
No quiero acabar sin recordar como estos que hablan de libertad y multiculturalidad han vuelto a cerrar otra fábrica de sueños, recuerdo a Kukutza, a sabiendas que tal vez os cierren la puerta y tiren los muros pero como dije entonces, cada sueño que esas paredes crearon no podrán robarlo jamás.

Larga vida a CAN VIES!!! 

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5/22/2014

PANES Y PECES

El tiempo siempre es lo único que no se puede detener ni deseándolo, es lo que hay y se debe asumir como algo natural. Cumplir años es ley de vida, incluso cuando sin ser creyente tu edad te recuerda a la de un hippy de más de dos mil años, del que parece que incluso has imitado la barba.
Lo de los peces y panes aún no lo tengo muy controlado.
Por no tener ni siquiera me queda pelo suficiente en la cabeza, como he dicho el tiempo es un compañero cabrón que nos sigue a cada segundo, aunque espero que eso valga para no terminar con un costado lacerado o colgado de una cruz.
Seguro que hay alguno que le gustaría verme allí.
Es lo que tiene las relaciones que no se puede caer bien a todo el mundo y el secreto para ser feliz consiste en no darle mayor importancia, simplemente disfrutar de aquellos que te hacen sentir especial. No dejar de ser agradecido por todos los que se han acordado en felicitarte aunque sea por un chivatazo de las redes sociales.
Luego están los que se encuentran a otra escala y no se limitan a un simple mensaje, sino a una conversación digital o a viva voz, una sonrisa o un pequeño detalle para el resto pero grande para uno mismo. Los momentos que resumen los últimos más de trescientos días se basa en esos pequeños detalles, nada del otro mundo si se cuenta en lo material pero pequeños pasos para conseguir seguir buscando la dirección correcta.
No, no voy a obrar milagros cual mesías de barrio.
El mío lo tengo claro espero que dentro de un año lo tenga cumplido.
Lástima que no tenga velas!

ESKERRIK ASKO!





                                                                                                                     

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5/08/2014

CON GANAS DE ENCENDER EL MECHERO

Cuando todo se tuerce solo queda escribir unas líneas desordenadas, desconectar de la vida aunque sean unas horas y colocarte una canción en los cascos para no cabrearte más de lo que la mala ostia de un día de perros.



Naufragando entre cambios de dirección 
sabiendo que el querer y la necesidad no son lo mismo
tan solo amantes dispares, sin gusto, bailando
danzando de manera macabra a distinto compás que tu movimiento
uno te pisa
al otro le pisas tu
ellos son dos y contigo se convierten en multitud
Días que sobran en el calendario
al menos tu ego te hace pensar que es así
evitar el pensamiento de la rendición a la rutina
sintiendo la espiral de la ausencia tan clavada que ya no sangra
simplemente te molesta
simplemente te cabrea
simplemente está ahí.
Coger una bocanada de aire y ver la llama danzando
sintiendo el deseo del calor en las yemas
la nicotina entrando por tus pulmones
cerrar los ojos y dibujar una sonrisa desganada




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3/31/2014

VERSIONES

Las versiones siempre han estado unidas a la música, a veces una violación a la canción original de tal magnitud que el artista que lo hace debería ser encerrado de por vida. Otras polémicas porque se emperran en intentar cantar en otros idiomas o al menos intentarlo de la manera mas horrorosas  los oídos humanos apenas están preparados para soportarlos.
Las leyendas urbanas dicen que los americanos dejaron de usar la melodía de Barrio Sésamo para cambiarla por algo mucho más terroríficas. Auténticas melodía inquisitorias como aquella sub-versión del Aquarius de Rafael, la supuesta adaptación de un éxito carcelario del Rey del Rock&Roll por parte del Príncipe Gitano o el último sacrilegio que la señora cintura con una de las mejores baladas catalanas.
Si no las habéis oído os aconsejo que las busquéis en Internet siempre que tengáis estómago y tímpanos de acero.
No todas son malas, incluso alguna versión consigue eclipsar a la canción original, pero en eso consistimos nosotros mismos, versiones de nuestra propia imagen para adaptarnos a cada situación. Es la síntesis de nuestra propia existencia. Jugando a ser el poli malo, el bueno o cualquier otro que necesitemos para cada una de las ocasiones, podemos ser vergonzosos, valientes, agresivos o dóciles. Versionándonos a nosotros mismos en un juego de máscaras donde lo más importante siempre será que al mirarnos en el espejo no nos resulte extraño el reflejo que nos devuelve.

Estas son mis divagaciones de lunes y como canción por supuesto una versión.


BIG IN JAPAN!!!!

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3/06/2014

SALVAVIDAS IRRACIONALES

Pelear por no dejar de pelearme entre líneas.
Uno se tiene preguntar porque hace las cosas que hace para vender su tiempo libre, la reflexión del sabio dirían los inteligentes o bajo mi opinión, la manera de evitar terminar tomando pastillas como si fueran lacasitos o mirando al techo desde un diván. Es cuando Evitas dejar la vanidad de lado y desechar esa innata de un “me gusta” las redes sociales o el aplauso de aquellos que tienen más de amigos que de críticos literarios, te queda la incognita de esta con vocación a fondo perdido sin reembolso posible.
 Asegurándome de tener la misma puntería que un octogenario con cataratas a la hora de elegir a donde enfocar la creatividad, esa lejos de la atracción del guitarrista, la visualidad del pintor o la magia del director de cine, para centrarme en el rugido del hambre que suele acompañar a los buenos escritores.
Si eso acompaña a los buenos, a los del montón creo que nos toca la inanición en el mejor de los casos o la condena por torturar el diccionario. No existe respuesta. Es una necesidad con alma de deseo de poder conseguir imprimir las letras con olor a una tinta, un sueño que hace que sigas aunque tengas días de querer borrarlo todo, como sacrificio pagano para poder encender la televisión y apagar la televisión.
Duda pasajera hasta que una nueva idea baila por detrás de tus ojos.
 Atisbo neuronal con aire de futuro naufragio literario que comienza a alimentarse de las musas, reales o imaginarias, que deciden prestarte sus servicios durante apenas unos segundos de lucidez. Idea que crece gracias a los oídos amigos que escuchan sin juzgar sobre el estado de tu salud mental, simplemente porque sientes que es importante para ti, a pesar que la mayoría de las veces las ideas dibujadas en la parte de adentro de tu frente, sean prácticamente imposible de expresarse con palabras verbalizadas.
Sin embargo creo que la creatividad no nace solo de esa pasión por las líneas o trazar dibujos sino de todo aquello que nos arranca de los buenos momentos. A mi cabeza vienen aquellos que cuidan de sus animales con respeto, dos chicas en especial, una que daría lo que fuese por cuarenta y cinco kilos de morritos con babas con tal de seguir peleándose porque no robe un chorizo. Otra recomponiéndose con la educación de un cachorro, ofreciéndole un hogar para hacer compañía de su otro compañero de piruetas con frisbee tras horas de arduo trabajo.
Seguramente no entendéis nada de todo esto.
Pero bueno el caos es lo que me define o simplemente sea mi particular homenaje al  poeta amante de la locura que nos acaba de abandonar.
 

                                                                                                                                  

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SOLAMENTE UNA PIEZA...