3/08/2018

A ELLAS



Después de ver las imágenes de hoy hasta el tipo más retrogrado del mundo debería sentir algo, en su caso seguramente miedo, en el mío es simplemente orgullo. Da igual las palabras de esos tipos de negro que se escudan en la cruz, que hablen de diablos, que juzguen todas las almas que les gusten, que escupan sapos y culebras por la boca, simplemente han sido sepultados por la marea morada. No importarán los periodistas casposos de rancio Barón Dandy que aún no han enterado que el mundo ya no es en blanco y negro, los políticos de corbata y gomina o lo que aún es peor, mujeres que envueltas en sus banderas de ideológicas se escudan en estupideces como huelgas a la japonesa para seguir defendiendo un sistema podrido y que ruboriza a cualquiera con dos dedos de frente.
Nada de eso importa porque hoy es el día que ELLAS lo pararon todo.


Me resulta difícilisimo sintetizar cada imagen y gesto de lo que ha pasado hoy sin terminar perdiéndome en datos históricos o simples desvaríos. Lo mejor será llevar esto a un plano mucho más íntimo y personal, algo que conozco de primera mano, lo suficiente como para encontrar que en la dedicatoria de mi libro está escrita en femenino. No es simple casualidad, es quizás mi constante, de una u otra forma las mujeres han estado presentes en cada aspecto de mi vida.
Mi Amama y mi sobre todo mi ama me enseñaron lo que era trabajar. La última desde los dieciséis años y con dos hijos, una currante nata, constante y con tal profesionalidad que con el paso del tiempo he entendido que fue en su reflejo donde me identifico. Ese malestar que me corroe siempre que dejo algo a medias o ese deseo por mejorar, por aprender y abordar los nuevos retos de frente sin importar cual difícil pueda parecer de inicio.
Ella me ha enseñado que el único juicio al que te debes someter es el de uno mismo.
Eskerrik asko ama.
Por otro lado alguien tenía que cuidarme y ahí entran mi tía y mi abuela, creerme que recordándolo ahora con gracia, debió de ser un trabajo de matrícula de honor. Conducción temeraria con dos años, auto-cortes de pelos o desapariciones como el mejor de Houdini. Quienes me quieren dirán que era un niño travieso, yo que puedo ser más objetivo, diría que un poco cabroncete.
Eskerrik asko.
Con el tiempo creces y tu mayor Némesis de niñez, a quién incluso empapé con algo que es mejor no recordar, se convierte sin quererlo en una hermana mayor con título de prima. A ella se le unen otras primas políticas y así terminas en medio de una cuadrilla de chicas que lejos de tratarte como un extraño, terminan arropándote y enseñándote a sentirte como un adulto aunque aún fueras solo un crio.
Eskerrik Asko.
El tiempo te trae y te quita personas pero nunca algo tan breve en el tiempo consiguió que se generase un lazo tan fuerte, adoro el Mediterráneo porque allí siempre tengo un abrazo sincero, íntimo y directo, esa manera de dejar los rodeos de las palabras bonitas para arroparme cuando mi vena creativa estaba tirada por los suelos, sin ritmo o dirección, ella llegó cuando menos lo esperaba, una pequeña superheroína a la que le debo tanto que ni siquiera podré nunca demostrárselo.
Es por ella por la que volví a creer que a las buenas personas siempre encuentran a alguien que les entiendan, en este caso además, terminé siendo testigo de ese vínculo.
Eskerrik asko V.
Otras relaciones el tiempo logran afianzar como el buen vino. Nacen, evolucionar y mutan hasta convertirse en algo diferente pero sin embargo igual que el primer día. Ella también tiene nombre de mujer y si por algo la quiero es por esa complicidad que siempre me ha demostrado a pesar de lo loca que pueden ser cualquiera de mis ideas. Una confesora que jamás ha dicho que no a ninguna locura, ella retroalimenta la chispa creatividad que muy rara vez destilan mis neuronas, siempre será mi primer filtro, porque como la locura de Don Quijote, ella es el atisbo de razón que le aporta Sancho.
Si algo malo tengo que decir de ella, será que le ha dado por correr (si, correr, con zapatillas de deporte y sin que te persiga un león detrás) pero incluso en eso su constancia me resulta digna de aplauso y un orgullo por haber compartido tantos años juntos.
Eskerrik asko N.
Por último y tras mil y una batallas al corazón, desengaños y luchas sin cuartel ni rumbo apareció el reverso de mi propia locura. Esa libertad de no sentirte juzgado, atrincherados en un sofá siempre es algo que necesito tras un día de nubes y tormentas, ella sabe que últimamente ha habido muchos de esos, es más, las borrascas siguen estando encima de mi cabeza. Tiros y tirones de un futuro que ella suaviza con una sonrisa, es un placer compartir cama, locuras y tostadoras sin desenchufar.
Eskerrik asko N.
Por esto no me extraña que la dedicatoria de algo tan íntimo como un libro tenga género femenino en mi caso. Ellas son mis espejos, las que están y las que no, ellas me han enseñado a no valorar a una persona por el género, la orientación o la manera con la que quieren vestirse. El respeto ante todo lo básico que nos hace humano o ese desprecio intrínseco a todo aquel gesto de aquellos pensamientos que pertenecen a otros tiempos pero que parecen que algunos se niegan a tirar a la basura.
Ellas no son mías y yo no soy de ellas, simplemente compartimos buenas y malas experiencias, sin pedir el uno al otro más de lo que se está dispuesto a ofrecer. Claro que las protegeré de cualquier mal tanto como pueda, igual que sé que ellas lo harán, cubriéndonos las espaldas de las puñaladas que siempre vienen de donde menos te lo esperas.
Ellas no quieren príncipes azules como yo no quiero princesas, yo quiero a las mujeres que me rodean, porque ellas me inculcaron el gen de respetarlas a todas. La fortaleza de mostrar tus sentimientos y dudas sin necesidad de pintarte esa cara de falsa hombría aséptica,  ellas me han enseñado a que en ahí reside la fortaleza y quizás por eso me siento tan cómodo creando personajes femeninos. No, no es porque sepa en qué piensan las mujeres sino porque simplemente para mí no existen dos tipos de pensamiento según el género sino por los perjuicios que nos inculcan de niño.
Os agradezco a todas vosotras por haberme enseñado esa lección.
Gracias por hacerme ver como algo natural que una madre se saque la teta para alimentar a su bebe sin montar un espectáculo, gracias por no haberme inculcado esa asquerosa necesidad de tener que hablar sobre partes de cuerpo de mujeres ajenas o valorar a mi jefa por su propia capacidad y no por su género.
Hoy es su día pero mañana deberá de ser el de tod@s, porque toda revolución siempre comienza por dar un pequeño paso. Por mí solo dar una vez más gracias, muchismas gracias por haber moldeado  a un niño para convertirse en un buen hombre que intenta aprender a ser mejor cada día.

      

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3/02/2018

LA DIGNIDAD DE LAS ARRUGAS


Cuando ves cosas como la de esta semana te das cuenta lo poco que sabemos apreciar la experiencia, ahora que todo se ha vuelto tan impersonal como una competición constante de mirarse el ombligo y buscar el aplauso de la individualidad, cada vez es más raro ver una unidad como la del jueves pasado.
Llevo una semana escribiendo esto, valorando que poner o como intentar explicar que después de tanta mierda, aún parece que existe una esperanza para la humanidad.
 El problema es que esa buena noticia tiene arrugas, muchos años y visto lo visto, mucho más sentido común que todas las generaciones que vinimos detrás. Siempre he tenido el mismo adjetivo sobre esa generación y es que son duros como rocas, no es una palabra vacía sino un hecho objetivo, porque que me diga el guapo que sobreviviría a una dictadura. Ellos lo hicieron y aunque creamos que nosotros somos los inventores de las sentadas y manifestaciones, ellos fueron pioneros en las carreritas delante de policías de todos los colores. 
Así que cuando toman las calles las toman sin medias tintas, sin lanzamientos de objetos o poner a prueba los nervios de los antidisturbios. Tienen un arma mucho más peligrosa en este tipo de casos, tiempo libre, todo el tiempo del mundo para paralizar ciudades durante un tiempo indefinido, gritando con megáfonos, con sus bastones o incluso en sillas de ruedas.
Si algo te hace la edad es dar experiencia y volverte cada vez más cabezón, sobre todo cuando tienes la razón por bandera y la convicción que se merecen vivir con dignidad. Así que por lo que consiguieron les debemos el respeto de escucharlos y valorarlos levantando las cabezas de nuestros jodidos móviles. Ellos saben lo que es luchar de verdad, sangrar por la dignidad de vivir libre, el jueves nos lo recordaron, tal vez de manera mas lenta y con muchos más achaques que hace décadas pero con la misma cabeza alta y paso decidido.
Porque el día que olvidemos ese sacrificio será el día que nos quedemos sin futuro.

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SOLAMENTE UNA PIEZA...