1/28/2010

PUERTAS, VENTANAS Y TEJADOS

Todos nosotros escondemos una casa en nuestro cuerpo, es nuestro último refugio cuando todo lo demás ha fallado, nuestro lugar sagrado en el que nadie mas puede entrar.
Cada casa refleja a la persona que la que cobija.
Son por ejemplo los ingenieros indecisos, que hacen y deshacen una y otra vez los planos y jamás acaban de fabricar nada, mueren con la idea de la perfección que su dudosa cabeza jamás les deja construir.
Los hay que quieren hacer las cosas al revés, eso de empezar la casa por el tejado como dice la canción. Son gente que nunca miraran un mapa, nunca preguntarán o si quiera se molestarán en mirar unos planos y claro, acaban sepultados bajo su propio tejado.
Los hay con la fachada perfecta, de horas de gimnasio. Paredes que cualquiera observa con envidia y deseo. Sin embargo son solo fachadas y como en la sagrada familia, cuando pasas a su interior ves que no hay nada dentro y lo que hay, solo son viejos muebles repletos de bichos.
También esta el caso opuesto.
Fachadas horrendas que esconden autenticas obras de arte, de esas que son únicas e irrepetibles pero como cualquier buen anticuario, tienes que tener tiempo y suerte para encontrar.
Otro caso son los soñadores, esos que hacen sus casas sin tejados para que sus sueños vengan a ellos y la luz de la luna les ilumine directamente cada noche. El problema, es que cuando llueve tristeza, son los primeros en coger pulmonía.
Tenemos a los desastres, esos que hacen puertas y ventanas donde quieren o pueden sin un orden o los perfeccionistas que asocian la simetría y la perfección a cada milímetro de su pulcro hogar.
Sin embargo, aunque pensemos que hemos construido nuestra casa perfecta, esta estará siempre en reformas. Tendremos albañiles y carpinteros cada día de nuestras vida, en cada una de nuestras decisiones.
Cambiaremos una puerta, tiraremos una pared o moveremos un cuadro, da igual, el cambio nos hace sentirnos vivos.
Esta claro que a veces, tapiaremos puertas que con el tiempo querríamos volver a abrir y rara vez lo hacen. Crearemos balcones defectuosos para ver el mar que acabarán cediendo bajo nuestros pies, por mala calidad de los materiales.
Las puertas no pegaran con las paredes, las ventanas estarán sin cristales o mil y un detalle que nos harán renovar nuestra casa día a día para nunca poder decir que nos cansamos de la decoración.


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SOLAMENTE UNA PIEZA...