A veces nos atamos a cosas que no tienen importancia, esas que a pesar de su materialidad no llenan lo que deben de llenar.
Son detalles, esos que nos agarran a la monotonía las que nos agobian, las que a pesar de tener mas y mas cosas tangibles, nos sentimos mas y mas vacíos.
Tal vez nos acostumbramos a comprar y no sentir, a vivir para consumir y no simplemente para disfrutar de esos pequeños detalles que puedes encontrar si se mira bien.
Son las conversaciones imposibles, los paseos interminables, las discusiones o la compra de disfraces horteras.
Somos felices o intentamos serlo y a veces cosas se tuercen o nos hacen temer serlo, es el lado oscuro de la memoria.
A veces es mejor no pensar, dejar de lado las cenizas de las cadenas y disfrutar de los buenos momentos.
Es domingo y empiezas a comprender que no tiene porque ser un día inútil, un día que la resaca te hace perder y que ahora disfrutas como ese pequeño bálsamo de libertad antes de volver a aprisionarte con las esposas de la monotonía del Lunes.
Una canción tranquila para disfrutar de las pocas horas de tranquilidad.
Renaciendo
Hace 9 años
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