Todos tenemos una banda sonora, una decisión de canciones que mas o menos nos han ido acompañando en esta vida, día a día, mes a mes, año a año.
Desde pequeños y bajo la dictadura del coche de tus aitas empiezas a oír tus primeras notas, tus primeros grupos, tus primeras canciones.
Incluso alguno aun te sigue años después, uno de esos eternos cantautores de eterno bombín y con la idea de escribir la canción mas bonita del mundo.
Desde pequeños y bajo la dictadura del coche de tus aitas empiezas a oír tus primeras notas, tus primeros grupos, tus primeras canciones.
Incluso alguno aun te sigue años después, uno de esos eternos cantautores de eterno bombín y con la idea de escribir la canción mas bonita del mundo.
Es extraño como maduras, como tu música se va adaptando a tus gustos, a tus estado de animo o simplemente porque algo las hace especial.
Hay las que dicen al corazón que se calle, las que dan un nombre, las que despiden en cualquier fiesta a un amigo durante meses o simplemente, las que a pesar de sonar como lija son terciopelo.
Son tantos momentos, tantas letras o melodías que es imposible ni siquisiera pensar en ellas, cada una con su historia, con su momento o incluso su poesía.
Hay canciones que siempre despertarán ese amor/odio como una ciudad como Madrid, las que pueden hacer pensar en cosas que te ponen rojitas las orejas o incluso, las que pueden significar tantas cosas buenas como un abrazo y tiempo después tan poco como la añoranza de no tener que abrazar.
Es solo necesidad, es tan simple como infinitos los gustos de melodías personales aunque acaben siendo vidas cruzadas.
Siempre hay gente con la que cruzas una, dos o incluso miles de esas canciones, esas que sakean tus sonrisas, esas que ni te plantean que si te callaras estarías mucho mas guapo.
Son nuestros verdes para daltónicos, nuestros ritmo de zapatos negros y sonrisas iluminadas cuando oyes alguna en cualquier lugar.
Por eso hoy toca una canción que siempre me gustó, siempre me gusto la música, el acompañamiento y la letra. Una canción que siempre me gustaba tararear cuando quería que algo saliera bien.
Es una de esas canciones que apenas nadie sabe que me guste tanto, una de esas rarezas mías y que ahora parece tener un poco mas de sentido.
Así que si queréis bailamos.....o mejor DANZAD, DANZAD MALDITOS cada uno de vosotros con vuestro ritmo, cara uno con vuestra memoria genética en forma de melodía.
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