1/05/2009

PUTO MUNDO RARO

Esta noche de Reyes de oriente, llena de regalos y buenas intenciones vuelve a llover odio, sangre y destrucción del sitio donde vinieron estos genios.
Oriente llora en silencio, sin luz, sin agua y sin ayuda, ante la mirada silenciosa de nuestro cómplice ceguera.
Sí todos nosotros y yo el primero somos asesinos, no solo es el asesino quien mata, sino al que ve matar y se gira a otro lado.
No hay nada mas cruel que acostumbrarse a la injusticia, a la masacre y hacerla como ordinaria. Pensar que 500 personas son solo cifras, sin pensar en ellos como personas, sin pensar que ellos son padres como los nuestros, que son hijos como nosotros.
Esta es la sociedad en la que vivimos, dentro de nuestra falsa burbuja de seguridad, en la que como las balas vuelan a miles de kilómetros podemos comer tranquilamente mientras lo vemos por la televisión.
Así somos, seres manejados, cobardes y tan falsos como si la vida fuese un teatro y nosotros unos pésimos actores.
Llamamos amigos a gente que despellejamos por la espalda, decimos amor cuando solamente es sexo y abandonamos a gente como si de un klinnex se tratase, nos da igual los sentimientos ajenos.
Así que piensas en frío y descubres que lo primero que se debería hacer es juzgar por genocidas a Dios y Ala, por todas las vidas que se cobran en su nombre, porque son dictadores con un séquito de fanáticos que no valoran la vida humana.
Lo segundo sería darnos cuenta que la seguridad no existe, que nadie puede vivir en una burbuja, porque no existe tal burbuja y eso es la vida. Nadie sabe si puedes morir mañana, por eso hay que valorar cada instante y exprimirlo para dar gracias por estar jodidamente vivos.
Empezar a valorarnos, a querernos a nosotros mismos, a querer a los demás y así progresivamente hasta que ninguna muerte sea simplemente una cifra.
Que Palestina, Somalia o todos aquellos lugares donde no llueve mas que sangre no nos parezcan normal, que veamos las imágenes en la tele y nos revuelvan las tripas.
Que por lo menos sintamos nuestras conciencias golpeadas, como si una piedra nos hiciera una herida en el corazón con cada una de estas imágenes.
Ese tenía que ser el verdadero regalo que deberían dar a su tierra, a toda la tierra esos sabios de Oriente. Nada de videojuegos, carbón o calcetines sino algo mas importante, algo que ni el silencio de las banderas mas poderosas, aquellas que mas sangre llevan entre sus barras y estrellas, puedan parar.
Una puta paz que acabe con los niños, mujeres y hombres muertos de todo el mundo.
Una puta paz que acabe con el odio.




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SOLAMENTE UNA PIEZA...