BATALLAS A LO PERSONAL

Hoy tenía pensado la entrada, casi la podía haber escrito según llegase a casa de memoria, sin embargo, mi cabeza a se ha reseteado por completo y ha decidido que sea algo diferente de lo que quería hablar hoy.
Tal vez sea porque es Lunes, tal vez porque este lloviendo o simplemente porque no hay ni dios que entienda a mi coco.
La verdad es que siento que el ser humano no puede estar a gusto nunca, los optimistas dirán porque nos gusta superarnos, yo en cambio digo que es porque somos seres tan gilipollas que no sabemos ser felices.
Nos buscamos guerras a lo personal, con nuestros amigos que acaban siendo enemigos, con nuestros padres siempre es una batalla intima, demasiado personal. Por no hablar de nuestros hermanos, eso si que es la guerra de los 100 años, una batalla de tira y afloja que te da la salsa de la vida.
Yo no me libro de ninguna de ellas, es mas, entro al trapo como un toro con un capote rojo, es decir, con la cabeza gacha y sin mirar donde acabo. Se que debo un millón de lo siento, pero bueno nunca dije que tuviese buen perder y además, creo que me deben mas de un millón de esos mismos lo sientos.
Así que desde hace tiempo he decidido solo decir esas palabras con las personas que valen la pena, los demás....me la sudan.
Quizás la forma de sobrevivir a este mundo de locos es evitar las guerras y como bien oí hace poco, sobre todo las personales.
Ese gran don del que sacamos pecho las personas como es el poder razonar las cosas, es quizás nuestro mayor defecto.
Nos comemos la cabeza por todo, buscamos sentido a los sin sentidos y hacemos un mar de una gota de agua. Nos agobiamos, fustigamos y herimos por problemas que solo están en nuestra cabeza y aun así, somos jodidamente felices.
¿Estúpido verdad?
Pues de esta si que no me libro, ni de coña, así es como soy yo detrás de mi fachada de seguridad. Soy un jodido indeciso, lleno de dudas y paranoias de fácil solución, tan fácil como dejar de pensar en ellas.
Pero eso es imposible, ahora que he cerrado puertas de mi vida y no quiero volver a saber que existieron, ahora, cuando debería volver a abrir otras nuevas, no lo hago.
Me quedo en el umbral con miedo a sentir, sin saber si debería bajar de esa montaña rusa sentimental en la que me he convertido.
Odio y quiero a cada suspiro, me siento vivo e indiferente a cada parpadeo, sonrío y me entristezco a cada segundo y aunque me sienta mal con ello, lo cierto es que ahora mismo estoy muy cómodo, demasiado quizás.
Esto me ayuda a escribir y a expresarme con total libertad, sin barreras ni guerras, simplemente como un caos de ideas inconexas.
Así soy yo y tal vez no este preparado para volver a querer, como suele decirme mi amiga la mandarina (jejeje cuidado con la resaca hoy) o tal vez nunca supe como hacerlo y me he convertido en un suicida sentimental.
O tal vez sea Lunes y este lloviendo y no tenga ni puta idea de que cojones estoy hablando.