PROMESAS ENTRE CENIZAS

Así comienza la cuenta atrás del año, otro mas que vuela como si en un suspiro hubiesen volado doce hojas en el calendario.
Es momento de recordar, de pensar que hace un año pensaba en el futuro y ahora vivo el presente, algo que tal vez sea mas real pero menos divertido.
Pero eso nos hace ver el fin de año tan cerca, hacer recuento de las ideas y momentos que queremos enterrar bajo la nieve nuestros cadáveres personales y esconder el dolor donde nadie pueda verlo. Tal vez luego llegue la primavera y los desentierren pero con un poco de suerte, tu memoria se halla olvidado de ellos.
Así es como nos planteamos el fin de año, los niños escribiendo las cartas al Olentzero, los mayores buscando promesas que no van a cumplir.
Es que nunca he entendido lo de las promesas de fin de año, seguramente es porque el alcohol nos hace tener la boca como una boca de metro y nos calentamos.
Nos prometemos adelgazar, la época del año que mas comemos.
Nos prometemos dejar de fumar, la época que mas nos ponemos hasta el culo.
Por no decir que prometemos privar menos, los días que mas ciegos vamos.
Este año mas grave es, que viendo la crisis que hay nos gastaremos otro montón de euros en comprar mas comida de la normal, bebida para emborrachar a una tribu de vikingos y regalos que la televisión nos hace desear y deber tener.
Así que yo prometeré subir al Everest, hacerme millonario sin jugar a la lotería y buscar un corazón que ahogue mis malos días...total sabiendo que ninguna de esas cosas las voy a cumplir estaré tranquilo el día 1 de Enero y no me preocuparé por comenzar el año mintiéndome.
Mas gordo, mas afónico y con una resaca como las que me hacen perderme todos los años los famosos saltos de equis.
Así que brindemos y olvidemos que este año solo puede ser mejor que el anterior pero peor que el que viene.