12/23/2008

LOS OJOS NUNCA MIENTEN

Realmente es algo probado, que hay personas que pueden mentir a un polígrafo pero que sus ojos le delatarán si esta mintiendo.
Se dilatan y contraen con voluntad propia, con unos parámetros tan claros que parecería que tu mismo descubrieses tus embustes.
Los mios son particulares en ese aspecto, ellos hablan por mí, tal vez porque me cueste tanto hacerlo ellos decidieron hacerlos por mí.
Hasta ayer eran azules, fríos y creando infinitos entre las personas que se querían acercar a unos sentimientos, que se negaban a darse cuenta de cuantos años estuvieron equivocados.
Es algo raro, estúpido y totalmente irracional....por eso creo que es mío, ese afán de no admitir que tal vez me equivoque durante años.
Eso era hasta ayer, no se como, no se porque pero alguien ha roto todas esa barreras, en silencio, sin presiones. Como un túnel hecho en una cárcel con una cucharilla, lento pero buscando un fin como es la libertad.
Sin quererlo, así exploté ayer a las cuatro de la mañana ante una buena confidente y una mejor amiga. Una persona que me ha visto mas hondo que mucha gente que cree conocerme, una de las pocas que ha visto el vacio detrás de mis ojos.
Solamente exploté, lo solté y realmente me siento bien, liberado y sin ningún lazo de rencor o ira, hacia un pasado en el que nunca existió el amor.
Y es que la jodida me ha psicoanalizó sin psicoanálizarme.
Es hoy cuando al mirarme al espejo he visto mis ojos verde de nuevo, vivos otra vez para volver a sentir, algo raro y a la vez que tanto añoraba.
Algo que no he acabado de entender hasta hoy cuando hemos intercambiado nuestro rehenes en forma de regalos.
Ella me ha regalado mi cajita, mis tesoros perdidos y que pocas gente entenderán, tal vez solo otra psicóloga con la que comparto sangre.
Una esponja, unas tizas, un móvil de juguete, unos bolígrafos, un cuaderno, una cartera, una tarta de whisky, unas fresas de gominola y un montón de canciones sobre Madrid...
Os preguntareis que clase de regalos son esos, pero como si de una fórmula se tratase han vuelto a cambiar mis ojos de color.
Cada uno un fragmento de mi vida, de mis aventuras y desventuras, cada una, un mundo para mí, cada una una pieza de mi puzzle necesaria, si alguien realmente me quiere conocer.
Así que al borde de la navidad no hay nada mejor que brindar porque como mínimos mis ojos se mantengan color turquesa, ese color que siempre ha sido fiel a mis ideas, a no seguir los caminos marcados y acabar embarrado.
Ese color que me llevaría a una isla desierta, es color que endulza mis pasiones, que emborracha mis tristezas, que se pierde porque le apetece, que marca el inicio de cada una de mis películas en forma de días o que me atraé por su propio nombre sin saber el motivo.
Ese color que me hace volver a ser tan feliz como un niño jugando con un cubo lleno de agua, ajeno a los problemas del mundo que le rodean.
Así que brindemos por ello.


1 Comentarios:

Naitxo dijo...

Que bonito.

Me tienes que enseñar a meter videos y canciones!!!!!!


SOLAMENTE UNA PIEZA...