12/03/2008

CONTANDO HISTORIAS

Hoy no quería escribir, hoy tenía los dedos vagos, las neuronas dormidas y la imaginación amando a mi musa en algún lugar oscuro.
Hoy no era un día productivo pero aún así aquí vuelvo a estar, escribiendo otras lineas entre borrones como cada día de sol, como cada noche de sombras.
Es cuando pienso que he perdido amigos, amores e ilusiones que apenas he ganado poco para todo lo que he perdido.
Deje escapar pájaros que me mostraban una salida y decidí perderme en mis oscuras ideas lejos de la normalidad del día a día. Esconderme tras lineas que forman relatos que sin querer esconden parte de mí, que sintetizan y ahogan todos mis lamentos en finales raramente felices.
Es cuando escribo para alguien cuando aparece las verdaderas ganas de seguir con esta afición improductiva.
Dibujar una sonrisa en quien te lee o sentir que cae una lagrima sin que fuese tu intención, es eso lo que vale, saber que has conseguido que alguien sienta lo que querías que sintiese.
Por eso sigo escribiendo, aunque las ganas no acompañen como aquel verano hace tantos años, cuando por primera vez escribí aquella fatídica palabra que marcaría esta enfermedad en forma de droga necesaria que es contar una historia que momentos antes solo estaba en mi cabeza.
Por eso mientras alguien lea estas frases yo seguiré creandolas.

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SOLAMENTE UNA PIEZA...