11/06/2010

LA DELGADA LINEA ROJA

La verdad que si algo me caracteriza es ese don-maldición de no dejar a nadie indiferente.
Algunos personas dirán que soy un impresentable, un pequeño bastardo que no respeta nada ni nadie o simplemente una pequeña rata fría y calculadora.
Otras dirán que soy un encanto, que se hacer sonreír a la gente, que soy un buen conversador y sobre todo, una bellísima persona.
Ni tanto ni tan poco.
Los que en realidad me conocen son tan pocos, que se pueden contar con los dedos de una mano y si les preguntases a ellos, creo que se decantarían en su mayoría por un verso de una canción de Doctor Deseo.
Tal vez por eso puedo escribir sin vergüenza en este Blog, mas lejos del anonimato que puede ofrecer escribir delante de una pantalla, sin importarme realmente si tal vez he desnudado demasiado el alma.
Son esas pocas personas, las que saben donde esta la línea que diferencia la realidad de mis palabras de la ficción dramática, por intentar hacer sentir a la gente sensaciones. Son ellos los que ven debajo de la máscara de una sonrisa eterna en mi rostro, de una duda en mi mirada o de un agobio en forma de resoplido continuado.
Ellos han sufrido mi pequeño huracan ambulante durante los últimos años, hasta el punto de ver las lágrimas en sus ojos y para mi desgracia, muchas veces por mi causa.
He de decir que en ese aspecto, he sacado un sobresaliente al elegir a la gente que me rodea y comparte mis idas y vueltas en esta loca vida.
Es quizás la forma que me esculpido el tiempo, esa manera de analizar las situaciones, los gestos y a las personas, sin reparo de esconderme tras una conversación inocente, amena y sobre todo observador con una frialdad de cirujano.
Me baso en sensaciones, en corazonadas y a veces en equivocaciones que dan paso a malentendidos, gritos y lamentos, muchos lamentos.
Pero es la forma en la que ha evolucionado mi forma de ser, este es mi carácter y son esas corazonadas, las que me hacen cortar las cosas que no siento de raíz, sabiendo que a veces causo dolor pero siempre con la idea no continuar ninguna mentira.
Es por eso que puedo ser amable, lozano e incluso encantador...siempre que mis amigos estén felices y contentos, mi alegría es su alegría.
Todo cambia cuando alguien hace daño y les marcan la cara con la tristeza, es entonces cuando esa línea se vuelve a cruzar.
Es cuando mis peores pulgas salen a reducir y mirándome al espejo, recuerdo como es en esos momentos, cuando el diablo me mira a los ojos, reflejándome acciones pasadas que me dan vergüenza e incluso miedo de recordar cosas que hice en días de guerra.
Aunque eso no va a cambiar.
Sé aprender a ser tan falso como un comodín, tan payaso como el que mas y tan sumiso, que parezca que ofrezco mi pleitesia sin levantar la voz.
Da igual como conseguirlo o si tengo que sacrificar mi ego para encontrar los puntos débiles de ese nuevo enemigo, da igual que algunos de mis pilares le ha perdonado y olvidado, porque yo no lo hago.
Los quiero demasiado como para permitir que su bondad sea tomada como ignorancia y aunque jamás me meteré es sus vidas, no soy quien para opinar sobre sus decisiones sino para apoyarlas, no voy a perdonar quien les haga daño.
Nunca he buscado una pelea y sin embargo me he encarado por una falta de respeto, nunca he negado a conocer a alguien sino fuese por aquel que le hizo sufrir a una reina o una conversación se convierte en un cruce de insultos por saber que le han bailado el agua a alguien que quiero.
Estas palabras parecen un canto a la amistad...nada mas lejos de la realidad, es algo tan egoísta como que ellos, son mis brújulas para no perderme en los mil y un viajes en forma de sueños locos que cada día encuentra mi cabeza loca y si ellas no funcionan, yo volveré a acabar perdido.
Este es mi aviso para navegantes, hay cosas que ni se olvidan, ni perdonan o por lo menos cuando me tocan las cosas que yo valoro...y el que avisa no es traidor...


1 Comentarios:

Unknown dijo...

eso es valorar la amistad....lo demas tonterias.

muxux


SOLAMENTE UNA PIEZA...