11/08/2010

AGUJEROS EN LA PIEL

Todos tenemos cicatrices, de esas que se ven por una caída o bien invisibles causadas por el tiempo.
Dos tipos de heridas, igual de dolorosas e igual de dificil de curar dependiendo la gravedad de la caida, física o emocional.
Aunque hay una tercer tipo de cicatrices, las que nos hacemos por gusto dejandonos vencer por ese lado sádico que todos guardamos en lo mas profundo del armario.
Son cicatrices decoradas con trozos de metal, perforaciones de nuestra virginal piel por una promesa, una moda o un sentimiento.
Son esas cicatrices que aunque en su mayoría prácticamente imperceptibles, cuentan una historia en forma de mapa, de un pasado y un momento específico de nuestra vida.
Es entonces cuando recuerdas al mirarte al espejo, la rebeldía de tu marca en la nariz, tu bautismo con muesca en la ceja o simplemente la coquetería de tus orejas.
Observas en silencio y haces memoria en cuando y porque decidiste volverte a atravesar tu carne con una aguja, a sentir ese intenso dolor momentaneo y pegar otro trozo de metal a tu cuerpo.
Son como señales tiradas por el paso del tiempo, algunos nunca las necesitarán, otros en seguida pararan y otros tanto, entre los que me encuentro yo, irán cambiando sus pequeños recordatorios de acero y titanio hasta que solo quede uno, el primero, el que marcó un cambio mas importante que el resto.
Un aro negro decorando mi oreja derecha, quizás como recuerdo que siempre soñé con ser un pirata de dudosa moral y un mar como bandera.

1 Comentarios:

Unknown dijo...

Pirata!!!

Yo de las dos primeras cicatrices que dices..tengo unas cuantas!!! algunas sin cerrarse del todo todavía.....y no se si se cerrarán.

Del tercer tipo....los tipicos de las orejas...bueno en una de ellas hay 3, 2 de ellas cerradas.


SOLAMENTE UNA PIEZA...