11/04/2008

MIRANDO ENTRE ARBOLES

La verdad es que las personas somos tontos por naturaleza o por lo menos que no sabemos vivir sin hacernos daño.
Desde pequeños nos emperramos en hacer lo contrario a lo que debemos hacer y hasta que no nos duele no aprendemos.
Da igual que nuestros padres nos vigilan, metemos los dedos en los enchufes, queremos coger el fuego o incluso algunos hasta intentamos esnifar lejía, es ley de vida, aprendemos o no crecemos.
Aunque la verdad es que cuando crecemos aún somos mas gilipollas y no solo de mente sino también de orgullo. No hacemos ni puto caso a la gente que nos puede guiar y pasamos de nuestros padres como de la mierda y así nos continua llendo...de mal en peor.
Desilusión tras desilusión en el amor o la amistad, jugando a la cuerda floja muchos engañad@s con palabras bonitas cuando en realidad solo interesa lo que hay debajo de la ropa.
Nuestros padres vuelven a intentar echarnos un cable pero seguimos renegando de ellos, somos demasiado orgullosos como darnos cuenta que somos realmente estúpidos.
Luego pasas al mundo real, tus padres desaparecen y las ostias antes anestesiadas ahora son directas y sin florituras. Leche tras leches comienzas a ver que tal vez la palabra inteligente no sea un sinónimo de tu nombre, ves que el colchón que ponían tus padres como barrera no era ninguna tontería.
Con el tiempo tu ego desaparece, tus errores asumidos y comprendes que la cagas, tal vez a veces lo comprende demasiado tarde.
Comprendes que debiste ir de visita a un caserío aunque estuvieses reventado, comprendes que los domingos te esperaba algo mas que una resaca y una cama.
Aprendes que escuchar es tan importante como hablar o que observar y analizar cada día como si fuese el último algo fundamental si quieres ser feliz o por lo menos que dure lo máximo posible. La verdad es que te llevas pataletas, vale que cada uno tiene sus problemas y tal vez los tuyos eran importante pero eso no implica que no comprendas que la cagaste y por eso te enfadas.
Luego vuelves a la niñez pataleas y dices estupideces, joder si las dices pero al final te das cuenta que eso solo puede joder todavía mas las cosas, bueno, las jode directamente.
¿Y entonces que?
Asumir tus errores y prometer que jamás volverás a querer mirar entre arboles mas altos que tú, jurarte cuidar las cosas importantes de tu vida que entrarán de nuevo en tu vida y asumir que no sobrevive el mas fuerte sino el que mejor se adapta.

Así que solo puedo desearte lo mejor Alazne, de corazón y sobre todo que vuelvas a sonreír como lo hiciste conmigo, como aquella vez hace tantísimos años.



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SOLAMENTE UNA PIEZA...