BARCOS DE BAÑERA

Desde pequeño simulaba eternas batallas navales todos los días de baño, era mi precio si mi ama quería que me metiera a la bañera.
Batallas donde siempre había dos bandos el barco rojo y el blanco, batallas en las que no sabía porque siempre ganaba el rojo.
Cuando fui creciendo me dí cuenta que tal vez el rojo estaba mejor preparado para sobrevivir, un color, el rojo que dudo mucho que sería yo.
Me pregunto quien piensa en que su vida se ha convertido en lo que realmente soñaba de pequeño, no hablo con dieciséis o diecisiete años, sino con ocho o nueve.
Yo por lo menos no.
Sigo siendo el barco blanco, ese que siempre acababa hundido y sufre las mil y una averías y apenas flota, apenas aguantará otro ataque.
Un barco en el que ha sufrido motines, demasiados y poco a poco apenas me quedan marineros para defender mi fragata de las olas del día a día.
Unas perdidas se duelen mas que otras y el casco se quiebra por donde se escapa el amor o la amistad, un casco demasiado dañado para poder repararlo.
Así que toca naufragar, nadar hasta una isla y esperar que alguien te vuelva a llevar a tierra pero de lo malo aún me queda algún que otro compañer@.
Tengo un par de psicólogas y un técnico en prevención de riesgos, entre otros...bueno por lo menos no acabaremos hablando con los cocos totalmente locos o no acabaremos con la cabeza abierta por no llevar casco.
Así que se que acabaré en una isla desierta pero acompañado.



TODO ESTO
LA MUERTE HACE TIEMPO QUE PERDIÓ SU ENCANTO, Y SIN EMBARGO
LOS SUPERVIVIENTES ESPERAN EN LA ORILLA
EL BARCO HACIA EL VACÍO, LA NADA
ADIÓS DOLOR, ADIÓS PARA SIEMPRE AMOR
PORQUE INEVITABLEMENTE…
TODO ESTO DESAPARECERÁ
OH MI AMOR, TODO ESTO DESAPARECERÁ
HIJOS MÍOS, APRENDER A RESPETAR LA VIDA, PORQUE…
TODO ESTO DESAPARECERÁ
TODO ESTO