Hoy he tenido una de esas conversaciones de esas de los viernes, donde la razón y lo irracional se mezclan como las mesas y el miedo.
Luego piensas y descubres que siempre has sido un buen analista de personas, para bien o para mal, es lo que has aprendido con el paso de los años. Cada golpe, cada revés o traición te ha hecho sentirte vulnerable y para ello cerrar tu puerta y mirar por la ventana.
Analizas y te das cuenta que casi nunca te equivocas, que la gente es mas transparente de lo que quiere ser, por muchas apariencias o sonrisas siempre aflora como es cada uno en realidad.
Detrás de las máscaras ves que hay hipócritas, manipuladores o controladores que no saben vivir el día a día. Eso te hace ser triste, metódico y andar siempre con pies de plomo, sin saber a ciencia cierta si lo que haces es lo correcto.
Por eso esta bien tener bastiones en los que ser tu mismo, pocas personas pero las justas para no tener las defensas levantadas y no tener que pensar como eres o como dejas de ser y sobre todo no tener que escanearlas, porque no se esconden tras las mascaras de la "buena conducta" que nos marca la sociedad en la que vivimos.
Son días de conversaciones sobre el pasado, de noches de amistad y nocturnidad, de discusiones eternas sobre la psicología del desacuerdo.
Luego te das cuentas de cosas y al dejar de mirar por la ventana y miras dentro de tu casa.
Comprendes que tal vez hacer esos análisis se esconde el mayor hipócrita, manipulador y controlador se esconde dentro de ti.
Por desgracia es el mundo en el que vivimos, tenemos que vivir según lo que nos piden que seamos y muy pocas veces podemos hacerlo como realmente somos en realidad.
Renaciendo
Hace 9 años
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