Es Diciembre y como todos los años el espíritu de la navidad, esa agobiante estupidez cubierta de blanco pastel, nos invade y nos infecta hasta el punto, de hacernos mas estúpidos que lo que somos el resto del año.
Es el mes de las vendas en los ojos, de agarrarnos al nacimiento de un niño hace miles de años y olvidarnos los cientos que mueren al día, sin portal, sin belen y sobre todo sin estrella.
Noches de paz forzada, de sonrisas maquilladas y sobre todo, intentar ver a las personas diferentes, sin pensar que no se cambia de un día para otro.
Palmaditas, buenas palabras y un circo tan poco divertido como lamentable.
Así es como vivimos, como respiramos y sobre todo como nos engañamos, tal vez, por la memoria que nos ofrecen unos padres, que con toda su buena fé del mundo, nos hacen creer en reyes magos, estrellas fugaces y carboneros que descienden de las montañas para llenarnos nuestras pequeñas cabezas con caros regalos materiales, fruto de un negocio en forma de catalogo de juguetes.
Luego dejamos de creer, nos enteramos de la realidad y buscamos nuevas ilusiones, en las que no tener que pensar y soñar con vidas mejores o simplemente llorar o reir porque once tios han metido 5 veces un balón entre tres palos.
Pero si algo he aprendido en estos meses es que incluso los sueños cuestan y generalmente mas de lo que en un principio creíamos.
Por eso es mejor no creer en útopias y cerrar en los ojos.
Es mejor no creer ni en zapateros ni en gaviotas, ni en príncipes ni princesas, ni en amores de cupido o finales felices.
Es mejor no creer, sino vivir, bajar a la tierra y caerte en barro, es cierto que es mas doloroso, mas sucio y la mayoría de las veces nada gratificante.
Esa es la realidad, nos guste o no, así somos y como diría alguien que conozco, así nos va.
Tenemos que estar preparados para las cuchilladas traperas, las malas formas y sobre todo llevarnos una buena samanta de ostias.
Así se aprende, a base de las heridas que nos hagan mas fuertes, montando nuestras barricadas para evitar el máximo de porquería posible.
Porque a fín de cuentas no hace falta hacer promesas, ni firmar un contrato para saber la gente que vale, la que sirve de brújula.
Son gente que no necesita mas que una mirada que refleje un "Solo creo en tí" los días que son tan grises que no parece que vayan acabar nunca.
Son las personas que te hacen volver a creer en tí, en los buenos y malos momentos, en tus días de ceguera o ira incontenible, en horas muertas que bailas con el enemigo del espejo o en las que piensas que puedes volar hasta el sol.
En definitiva, es mejor creer en la carne, en las cicatrices y en esas personas que por mucho que te equivoques, te tenderás una mano y te mantendrá de pie.
P.D. Que se que te gusta esta canción tontorrón!!
4 Comentarios:
Pos claro que me gusta esa canción, y claro que seguimos en pie, y claro que seguiremos bebiendo sueños y utopías por mucho que algunas se nos atraganten.
Gran canción!!!
Se puede decir más alto pero no más claro!!!!!
Gran canción!!!
Muxux
Con 1.90 mucho mas alto tampoco,e ....
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