12/13/2010

UNA PALETA DE INFINIDAD DE COLORES

Todos somos pintores de la vida, de esos de trazo perfecto o de brocha gorda, da igual como lo hagamos, cada uno pintamos nuestro particular paisaje.

Es algo que se queda entre los límites de lo mas básico, entre el blanco virginal que nos aporta calma, que nos sorprende con la inocencia que solo los ojos de un niño puede ver y el negro teñido de tristeza, de luto, de esas cosas que nos hacen no dormir las noches que a nuestra cabeza le da por pensar.
Somos mucho mas que eso.
Somos el aburrido gris, ese tono que solo comienza a brillar cuando comprendemos lo básico, cuando entendemos que todos los demás se resumen en tres colores.
Es el rojo de nuestro sentimiento, ese que nos hace sucumbir al deseo, que nos enciende y nos nubla, para bien o para mal cuando la razón se vuelve irracional.
Es el azul de la armonía, el azul del anhelado mar en calma que intentamos convertir nuestra vida, un tono que resume los brindis de fidelidad, las noches de amistad y todos esos secretos que nuestros propios fantasmas no pueden proteger.
Es el amarillo, es la luz de nuestra pasión o la hoguera de la vanidad, son nuestras virtudes y defectos, nuestra forma de entender como somos e iluminar un camino, a veces equivocado, para dar un paso mas en el vida.
Con ellos presentes, todos los demás son posibles, son la mezcla, son la esencia de lo que somos o lo que nos gustaría ser.
Son el verde de la paz, de la esperanza de saber que aunque las cosas pinten mal, algún día volverás a levantarte, volverás a volar.
Es el naranja, el color de nuestra fiesta, de nuestro tiempo libre, ocupado en disfrutar de la gente de cerca, momentos de café, conversación película y una buena sesión de sonrisas cómplices ante situaciones absurdas.
Es el violeta de nuestra calma, de nuestro autocontrol cuando necesitamos parar una existencia tan destructiva, como dañina hacia la gente que te importa, esa misma gente que disfruta del resto de tu cuadro, de tus pinceladas a veces abstractas, tan detalladas que incluso se puede observar la silueta de un alma.

Hay miles de colores y todos tenemos un lienzo en blanco donde usarlos, no siempre será una obra de arte, incluso aseguraré que habrá día que se convierta en una chapuza, pero sin embargo, una vez terminado, una vez que la pintura se seque, el resultado será nuestro mas intimo retrato.


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SOLAMENTE UNA PIEZA...