Realmente la familia es un pilar en el que apoyarte en momentos dificiles.
Familia...que palabra tan usada y a veces tan estéril como ver tanta falsedad en unas miradas, que hace tiempo dejaron de significar algo para mí.
Es duro decirlo pero he renegado de parte de mi sangre, parte tan podrida como cada uno de sus actos, cada uno de sus gestos y sus ausencias ante una persona que ha significado tanto para mí.
La verdad que otra familia es la iglesia, pero realmente ha sido un respeto por alguien que creyó en esa familia, realmente me gustaría creer en un ser superior, en un sitio mejor para esa persona y deseo de todo corazón que exista porque, si alguien se lo merece, es ella.
Sin embargo también esta esa gente, que no tiene tu mismo ADN, que no comparte tu apellido y en cambio, acaban siendo parte intransferible y personal.
Son esas personas que realmente te conocen mejor que tu mismo, son las personas que quieres que te conozcan y que a pesar de ser un día triste, lluvioso y que realmente es difícil que alguien consiga que dibujes una sonrisa en tu boca.
Pero esa sonrisa se dibuja, lo consigue una persona, que emulando al conejo de Alicia te lleva por una amena búsqueda de un reloj.
Es una reina que hubiese hecho un montón de kilómetros por unos segundos de su apoyo, sin darse cuenta que su apoyo se siente con cada uno de sus gestos.
O que decir de esa nueva blogera con su cajón desastre, esos pequeños trozos de ciberespacio que te dan la libertad para decir lo que quieras sin barreras. Esa lucha por enseñarle lo poco que se de la vida y comprobar a cada palabra todo lo que a mí me queda por aprender.
Hablar de ese compañero de mil y una aventuras sería eterno en este blog, en estas líneas donde nuestros errores siempre acababan con sonrisas y nuestros aciertos con brindis. Idealista de un mundo mejor, luchador en el que nos ha tocado vivir y que cualquier viaje, cualquier situación o lugar se convierte en único con él.
Este conjunto de sangre, sentimientos y proximidad es lo que realmente vale. Esa cesión del corazón a una preciosa mirada, esa paz por pertenecer a un reino único, la razón de la inocencia o la locura de la experiencia es lo que puede llamarse vivir.
Vivir rodeado de buena gente, te hace recordar cada uno de los buenos momentos, cuando nuestra inocencia nos hacía ser reyes.
Es duro decirlo pero he renegado de parte de mi sangre, parte tan podrida como cada uno de sus actos, cada uno de sus gestos y sus ausencias ante una persona que ha significado tanto para mí.
La verdad que otra familia es la iglesia, pero realmente ha sido un respeto por alguien que creyó en esa familia, realmente me gustaría creer en un ser superior, en un sitio mejor para esa persona y deseo de todo corazón que exista porque, si alguien se lo merece, es ella.
Sin embargo también esta esa gente, que no tiene tu mismo ADN, que no comparte tu apellido y en cambio, acaban siendo parte intransferible y personal.
Son esas personas que realmente te conocen mejor que tu mismo, son las personas que quieres que te conozcan y que a pesar de ser un día triste, lluvioso y que realmente es difícil que alguien consiga que dibujes una sonrisa en tu boca.
Pero esa sonrisa se dibuja, lo consigue una persona, que emulando al conejo de Alicia te lleva por una amena búsqueda de un reloj.
Es una reina que hubiese hecho un montón de kilómetros por unos segundos de su apoyo, sin darse cuenta que su apoyo se siente con cada uno de sus gestos.
O que decir de esa nueva blogera con su cajón desastre, esos pequeños trozos de ciberespacio que te dan la libertad para decir lo que quieras sin barreras. Esa lucha por enseñarle lo poco que se de la vida y comprobar a cada palabra todo lo que a mí me queda por aprender.
Hablar de ese compañero de mil y una aventuras sería eterno en este blog, en estas líneas donde nuestros errores siempre acababan con sonrisas y nuestros aciertos con brindis. Idealista de un mundo mejor, luchador en el que nos ha tocado vivir y que cualquier viaje, cualquier situación o lugar se convierte en único con él.
Este conjunto de sangre, sentimientos y proximidad es lo que realmente vale. Esa cesión del corazón a una preciosa mirada, esa paz por pertenecer a un reino único, la razón de la inocencia o la locura de la experiencia es lo que puede llamarse vivir.
Vivir rodeado de buena gente, te hace recordar cada uno de los buenos momentos, cuando nuestra inocencia nos hacía ser reyes.
1 Comentarios:
Estoy totalmente de acuerdo cuando dices que no hace falta que sea sangre. Los amigos de verdad, esos que por una cosa o por otra hemos ido eligiendo en esta vida, son casi siempre mas importantes que la mayoria de la familia, pero...¿que le vamos a hacer? los familiares nos vienen de serie...
Por eso, lo mejor que podemos hacer es esmerarnos en cuidar a esas personas que en cualquier momento sabemos que seran capaces de cuidarnos, con una mirada, con un abrazo o con palabras, cada uno a su manera, como mejor pueda o sepa.
Todos necesarios e importantes en nuestra vida aportandonos lo mejor de si mismos; haciendonos rabiar a veces, enseñandonos lo que es vivir casi siempre, pero sobre todo, compartiendo nuestras penas, disfrutando nuestras alegrias y consiguiendo que seamos un poco mejores a cada paso. ¿Que decirte que no sepas...?
Un muxutxu
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