MIS PIEZAS

La verdad es que ya iba siendo hora de cambiar un poco la cara a estos borrones, no sé, creo que el tiempo de las calaveras y el color negro debía haber quedado atrás hace mucho tiempo.
Sin embargo a sido hoy, cuando haciendo un encargo, he decidido cambiar los colores que adornan estas líneas.
No sé si estará mejor así o nó, pero la verdad, da igual.
Creo que he empezado a sentir de nuevo, el dolor y la perdida a veces te hace cambiar tu punto de vista.
Decidir ser feliz por la gente que no está, decidir darles el mejor homenaje que sabes intentando sonreír y sentir.
Sentir sin tener que golpearte el pecho para haber si algo late dentro de tí, sino simplemente dejarte llevar, no forzar y no buscar algo que tarde o temprano acabará encontrandote.
De momento no me puedo quejar de este cambio de forma de vivir, sonreír o sentir.
En resumen, buscar la pieza para ser feliz.
Feliz de disfrutar de cada instante, de cada momento y no pensar si mi felicidad puede acarrear consecuencias.
Es tiempo de olvidarse de las consecuencias y simplemente disfrutar de las acciones.
Es hora de no pensar en ganar o perder, porque bastante he perdido ya, tanto como un color y la verdad no quiero seguir por el camino negro que me había marcado.
Es hora de volver a descubrir porque una celda de tres números puede ser un sitio ameno, donde los susurros y las miradas de complicidad se mezclan, sin prisas, sin querer acelerar para no perderse ningún segundo.
No hacen falta pensar en el futuro porque en su momento llegará a ser presente, en momento de disfrutar del día a día, entre conversaciones, desayunos, líneas y fotos del viaje que conquistó mi corazón.
Es tiempo de disfrutar de unas frutas, de una reina espartana, de una futura psicóloga, de un eterno justiciero mundial o sobre todo, de una ex vendedora de seguros con pasado psicológico.
Es hora de disfrutar de quien quiera disfrutar de mi compañía, mi puerta esta abierta para cada una de esas piezas, cada una con su lugar en el que encajar en mi pecho.