12/28/2009

EL OLOR A SAL AYUDA

Es increíble como un viaje puede cambiarte tanto, incluso cuando hace ya bastante días que volviste.

Como las decisiones de ese viaje, como cada una de aquellos pequeños giros en tu vida que deciden coger un avión hacia la izquierda y no a la derecha.
Es buscar una solución de tus errores y hacer ver que la sombra que conocieron de ti, hace tiempo se quedó en el camino.
Es poder volver con una sonrisa en la boca por haber cerrado una guerra que nunca quisiste luchar.
Es volver a encontrarte en paz.
Paz para no ver las olas del mar, paz para cerrar los ojos y disfrutar del olor a sal. Ese mismo olor que antes te llenaba de dolorosos recuerdos de salitre, ahora sin embargo, son un futuro en el infinito del horizonte.
Es haber contestado a un correo, tan cerca en casa como un tren, en un sitio tan lejano como una docena de aviones.
Es volver y saber que ese mismo olor a sal te ha robado algo tan importante en tu vida, pero el mismo día te da algo que creíste olvidado.
Es ese olor que a pleno mes de diciembre te hace sonreír, te hace pasear sin miedo al frío porque por dentro tienes calor.
Es estar con la paz suficiente para tener una conversación sobre el arte de la guerra de los sentimientos.
Es ese olor, único, ese olor a sal y horizontes de futuros imperfectos, de detalles descubiertos cada día.
Es un olor de debilidades y virtudes, de tristeza, pero sobre todo de alegría de saber que tus ojos no buscan nada a lo que no lleguen a ver.
Es el olor de los pequeños detalles, de los gestos y de la tranquilidad de hablar sin miedo, sin barreras y con toda la comodidad del mundo.
Es esa sal que necesita la vida, que necesitas, buscas y finalmente te encuentra al torcer alguna esquina llena de letras.

0 Comentarios:


SOLAMENTE UNA PIEZA...