12/01/2009

EL RESURGIR DE LOS MUERTOS VIVIENTES (TAL VEZ)

Hay cosas que se deben hacer en esta vida, una de ellas es estar en la última ciudad del mundo y cogerse una de esas carajas que se grabaran en tu memoria.
Es una noche de lagunas frías, de secretos que quedarán guardados en el la memoria pero no saldrán por la boca.
Son noches en las que sonríes y descubres que incluso a miles de kilómetros echas de menos a mucha gente, sobre todo a alguien especial que tanta guerra y paz te ha sabido dar.
Son mañanas de resacas, de esas en las que un gelocatil y una siesta consiguen hacerte recuperarte para ver la pared mas fría del mundo.
Son tardes de hostales de música, de vida y disfrute y saber que tal vez esto si fuese buen día para volver a soñar, para volver a querer y desear regresar.
Regresar a casa para poder volver de nuevo aquí.
Repetir esta experiencia con alguien que quiera acompañarte en estas madrugadas de sonrisas y cabezadas de autobús.
Tal vez escriba mas o tal vez acabemos escribiendo otro cacho de ciberespacio para cada uno de los momentos, cada una de las anécdotas y segundos que este viaje nos aporta.
Lo que si estoy seguro es que estoy aprendiendo a vivir sin pensar y no pensar sin vivir.
Esto me enseña que es tiempo para disfrutar y recuperar lo que me ha echo disfrutar durante este año.
Aun quedan dos semanas y miles de momentos que recoger en la mochila, por eso me despido de momento desde el otro lado del charco.
CHAO

1 Comentarios:

Vero dijo...

Mañanas de resaca....mmmmmmmmm no lo vi....pero los comentarios y alguna foto que quedo en mi pc dicen muuuuuuuuuuuuchooooooooooooooo


SOLAMENTE UNA PIEZA...