INDIANA ES MENTIRA

La verdad es que Indiana Jones siempre fue un personaje con encanto, uno de esos hombres que pueden llevar una doble vida.

Por un lado un despistado profesor de universidad que disfrutaba enseñando a pesar del pasotismo de sus alumnos, por otro, un aventurero buscando tesoros perdidos y corriendo delante de rocas gigantes sin perder si quiera el sombrero.
Para desgracia de la realidad Indiana Jones siempre fue ficción.
En el diario resultar de las cosas, la piedra le hubiese aplastado sin miramientos, sin sombrero ni látigo que lo salvara.
Ese es nuestra diaria carrera delante de rocas, de problemas y soluciones que nos persiguen por unos raíles que nosotros mismos dibujamos.
Son nuestros miedos, nuestros aciertos y fracasos lo que nos persigue y finalmente nos atropella.
Todas las rocas nos pillan, las buenas y las malas y tenemos que estar preparado para disfrutar o soportarlas por partes iguales.
Hay que saber disfrutar de las bolas gigantes de seda, esas que te acarician como el roce de unos dedos, que son dulces como unos labios o perfumadas como la mejor de las flores.
Aunque también hay que saber capear las bolas de pinchos, las de mierda o cualquier otro pensamiento desagradable que nos persigue, que nos cogerá y tendremos que minimizar los daños, porque nos guste o no la cuesta es eterna y todas esas rocas, las buenas y las malas son lo suficientemente redondas como para no cansarse nunca.