2/04/2010

CORDURA DE REBAJAS

Hace tiempo que la cordura, la razón por la que nos movemos y sobrevivimos a la jungla de acero, humo y ruido en la que vivimos, en la que nos obligamos a vivir para poder sentirnos gente socialmente aceptados.
No hay sitio para la locura, para esa peculiaridad y extrañeza que se sale de los barómetros.
Es fácil de entender si tenemos en cuenta que adoramos someternos a los minutos y segundos que componen las horas de cada día.
Somos seres que han evolucionado hacia la prisa, hacia la quinta velocidad y sin frenos.
Hubiese sido inteligente que en esa evolución hubiesémos encontrado una pista eterna, una carretera que nos haría conocer cada día sensaciones nuevas, nuevos paisajes y nuevas personas de la que nutrirnos con nuestras experiencias.
Podíamos usar nuestra conciencia para dejar cerca a las personas que nos importen y nos acompañasen por ese camino, de líneas sin escribir en nuestro día a día.
Sin embargo nuestra cordura hace que veamos lo diferente como enemigos, que entendamos las discusiones como ataques y las críticas como puñales envenenados que se tiran a matar.
Es cierto que mucha gente es jodidamente cabrona, que en este mundo competitivo si te pueden pisar te pisaran para auparse, y si una vez en el suelo te pueden enterrar lo harán sin dudarlo, sin oír una culpabilidad que hace mucho quedo muda en su cabeza.
No es menos cierto que el único enemigo vencido, es el enemigo muerto.
Sin embargo hay gente que aun sonríe y se escapa de esos números escondiendo los relojes.
Son gente tildados de locos, de soñadores de noche y vidas oscuras sin despertadores, hipotecas o planes mas lejos de un amanecer.
Son locos de sentimientos, de ideas o sueños que no pudo domar el tiempo, las corbatas o el ruido de las ciudades.
Son tildados de locos, dementes o raros.
Lo que nadie parece recordar que la película esa en la que salían Orcos, que gano unos cuantos Oscars y millones de personas vieron, salió de un "loco" que quiso soñar con un mundo salido de la nada.
Al coger un avión y volar como los pájaros olvidamos que hubo unos dementes que se jugaron la vida en un trasto de madera para emular a las aves.
En resumen, cada uno de los logros, de las obras, de los libros, películas o inventos fueron creado por dementes, por gente que no le importaba que el tiempo pasase en el exterior, si en su cabeza sus sueños asesinabas esos mismos segundos por utopías de futura realidad.

No hay nada mas irracional que sentir.
No se puede saber lo que es vivir sin aprender a sentir.


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SOLAMENTE UNA PIEZA...