2/03/2010

CORAZONES COBARDES

La verdad es que nuestro "músculo sano" realmente no suele estar tan sano, no lo solemos cuidar demasiado, es mas, el exterior no se comporta de forma muy benevolente y la acción que necesita siempre acaba pasando factura.
Es cierto que se va endureciendo, que se va llenando de golpes, de cicatrices y heridas, que van quedando como un lienzo dentro de nuestro pecho.
Es cuanto menos curioso, saber que cuando nuestro órgano falla en el plano fisiológico, nos vamos al hoyo y cuando nos falla sentimentalmente, nos metemos en un hoyo.
Nos encerramos, nos metemos en nuestras barricadas, que poco a poco nos sumerge en una espiral de intimismo.
Levantamos muros para nuestra protección, para acallar nuestras dudas o intentar buscar nuestros pequeños remansos de paz entre tantas luchas internas y peleas externas.
Empezamos a olvidar que algo entre tantos cerrojos se esconde algo que sangra, que late y que siente cada uno de nuestros errores aunque no se digan en voz alta.
Escondemos nuestros corazones tras dureza, compasión, tristeza o alegría para no tener que mirar hacia dentro de nosotros, para no ver a ese acompañante oscuro que recuerda cada uno de nuestros malos momentos, cada uno de nuestros miedos o inquietudes.
Es ese lado el que tiene las llaves de cada una de las cerraduras y sin embargo las esconde con recelo, con ese egoísmo de no querer tener que volver a pasar los malos ratos, los malos momentos.
La insensibilidad del corazón evita la crueldad exterior del miedo hostil, que puede ser de alguien ajeno pueda soportar parte de tu peso, parte de tus miedos y pequeños secretos personales que hacen que tu sonrisa se esconda.
Sin embargo todo el mundo tiene su límite de aguante sin explotar y al final todo revienta, todo se vacía y vuelve a empezar de cero.
Eso o pensar que va siendo hora de abrir la puerta y jugar a dar saltos de fe sin pensar que pueda doler, nada es absoluto, tal vez solo sea una de un millón de posibilidades la que ese salto acabe en un colchón mullidito.
Es mejor hacer caso al corazón y acallar a tu lado oscuro porque a fin de cuentas, la tristeza es fácil de conseguir sino nos gusta la felicidad.


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SOLAMENTE UNA PIEZA...