Todos tenemos armarios, pequeños, grandes, empotrados o macizos. Todos tenemos esos armarios donde guardamos nuestra ropa vieja, nuestros libros amarillos y lo que es mas importante, nuestros secretos mas íntimos.
Creo que soy eso, tal vez un armario para mucha gente que conozco y no me desagrada sino todo lo contrario. Me siento muy alagado de guardar tantos secretos ajenos, tantas cosas que antes o después deben salir y desenterrarse.
Es la esencia del ser humano, al igual que no sabemos callarnos, no podemos guardar un secreto, mucho menos si es nuestro.
Nos corroe, nos hace darle vueltas al coco y finalmente sale, buscando a la persona idónea para hacerlo y sentirnos así un poco mas libres.
El molestarte en conocer a las personas es lo que tiene, es una mentalidad analítica y que no le gusta dejar nada al azar, si, se que es un poco triste pero nací, crecí y moriré así por lo que decidí hacer algo bueno con ella.
Nunca juzgo, solo escucho y jamás me atrevería a dar consejos porque para cosas difíciles e incomprensibles me vale con mirarme a un espejo.
Mi armario tiene desamores, infelicidades, odios y cualquier tipo de problema o miedo que a mucha gente que aprecio les ha dejado sin sueño.
No me gusta juzgar, mas que nada porque no puedo, porque en mi armario, en esa parte que es personal e intransferible se que hay esqueletos que jamás saldrán a la luz, muchos otros ya lo han hecho pero los mas antiguos, los que realmente marcaron algo en mi forma de ser serás única y egoístamente parte de mi.
Además si alguna vez me siento con ganas de echar uno de ellos fuera y que vea el sol siempre podré escribirlo aquí diciendo "Me han dicho que..."
Renaciendo
Hace 9 años
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