DULCE INTRODUCCIÓN AL CAOS

Todos tenemos algo especial, algo que nos identifica sobre los demás, puede ser una risa peculiar, una mirada o alguna parte del cuerpo.
En mi caso son los ojos.
Dos esferas que describen bastante bien como soy porque solo con verlos y plantearte el color que tienen.
Azul-verdoso o Verde-azulado, cada uno tiene su gusto y color pero ambos igual de caóticos, mezclados y sin saber donde empieza un color y acaba el otro.
Todo un fiel reflejo de lo que se esconde detrás de ellos.
Un pequeño huracán de ideas mezcladas, de neuronas quemadas y sentimientos encontrados en cada aspiración de aire. Una persona capaz de dibujar sonrisas de papel cuando hay que ponerse la careta o sonreir a carcajadas cuando la situación es propicia para ello.
Un niño grande que no tiene suficiente tiempo para devorar comics, peliculas o videojuegos a pesar de estar cerca de la treintena.
Un cinéfilo capaz de ver la peor pelicula del mundo y sacar algo bueno o la mejor obra de arte y a pesar de emocionarse, buscar un fallo para que no pueda ser perfecta.
Un romántico sin amor que recorre miles de kilometros con una rosa en la mochila o borrachín suicida que jugó con la mala pata demasiadas suerte, bueno a veces la busqué, digamos que conocer a tus suegros con una resaca de caballo no era la mejor de las formas.
Un escritor que le encanta hacer sentir, a pesar de no saber que es el amor o como me suelen decir que aún no lo he encontrado.
Una persona capaz de dar todo por la gente que quiero o ser el peor enemigo de aquellos que consiguen levantar mi odio.
Puedo estar con una persona años y que jamás me llegue a conocer o ser tan transparente como real con alguien que apenas he conocido.
Y así habría un montón de cosas mas pero creo que por hoy ya vale, así que hasta aquí puedo leer.