APOSTANDO AL ROJO

Todo acaba resumiendose en esto, una apuesta sin fondo de perdidas, una apuesta que el corazón te pide hacer y la cabeza se queda callada en la complicidad del momento.
Cierras todas las puertas que tenías abiertas, las del pasado y el presente, porque después de mucho tiempo quieres y debes ser consecuente con lo que decidas.
Son momentos en los que no valen las medias tintas, es simplemente el todo o el nada.
Es la forma de modificar tu arcaica escalas de valores y dar prioridad, ese pase VIP que cada uno podemos ofrecer a una sola persona. Es decir aclararte tu y aclarar al resto que tal vez has cambiado, jugando eso sí, con que muchas personas no te entiendas e incluso acaben mosqueados con tu decisión.
Pero es eso, tu decisión, tu apuesta de corazón al rojo, con una idea de presente y nada que perder, porque te das cuenta que día tras día, sonrisa tras sonrisa, ganas un poquito mas con esa apuesta.
Solo queda esperar que la dichosa bolita del destino se quede para siempre en ese color, pero para eso, hay que pasar el día a día y eso es lo que ahora mismo me apetece a mi.