1000 CLAVOS EN LA CABEZA

Realmente es jodido tener un domingo sano, un domingo que no tienes resaca, te levantas a las 10 y media, dispuesto a pegarte una ducha y quedar para desayunar con una amiga.
Es un domingo atípico, sientes que tu cabeza está lúcida, muy lucida para tu sorpresa y comprendes que algo no va a ir mal.
Sabes lo que quieres hacer, lo que quieres escribir y sin embargo mientras te metes en la ducha notas que tu cabeza comienza a cargarse.
Al principio es solo una pequeña molestia, pero realmente sabes que eso va a ir a mas, a mucho mas.
Conoces de sobra tu cuerpo y sabes que te va a pasar factura que aquello no es un dolor de resaca o falta de sueño, ese dolor es una de tus encantadores migrañas.
Así que suspendes tu desayuno sin diamantes, el mosqueo de la amiga porque piensa que ha sido por la resaca y tumbarme en la cama.
Quien no haya sufrido una migraña nunca, aparte de tener una suerte de cojones, no saben lo que es notar mil clavos detrás de tus ojos. No saben que es que el dolor te revuelva entero y acabes vomitando y que toda luz sea como una tortura, solo superadas por cualquier sonidos.
Lo mejor es cuando desaparece todo eso y te levantas, hoy ha sido sobre las 7 de la tarde y te sientes bien, realmente bien y comienzas a intentar escribir y a recuperar todo el tiempo que cabeza te ha hecho perder.
Bueno pues que ahora tengo que escribir lo que quiero acabar porque como siempre acabo yendo a contrareloj....con lo que me gusta a mi siempre acabar corriendo.