ODIO AL ODIO

Ciertamente me enseñaron a no odiar, a no sentir ese deseo de repulsa hacia los demás, bueno al menos me intentaron enseñar a contar hasta diez.
Acabé estudiando letras.
Intento mantener al margen ese sentimiento, pero es tan tentador, tan fácil de utilizar.
Odiar sin otro sentimiento que la defensa del rencor, el dolor y la venganza como bandera de explicación racional.
Pero el odio nunca es racional, nunca es objetivo y siempre acaba salpicando a gente que no se merece ese oscuro sentimiento.
Por eso me enseñaron a no saber odiar y sin embargo, se que ha lo largo de la vida he suspendido muchas veces en esa lección.
Se que mi lado mas oscuro es capaz de odiar, de sonreír como un bastardo cuando se que he tirado a matar y he dado en el blanco.
Es tan dulce, tal agradable que sientes que necesitas mas para continuar caminando.
Es una adicción que te consume, que te muestra lo mas bajo de tus instintos y que si no lo pillas a tiempo, puede alejarte de todo lo que te hace querer.
Por eso he decidido no odiar, no quiero llegar a pisar las flores de mi jardín por matar las malas hierbas que crezcan.
Sin embargo tampoco fui nunca bueno en letras, así que aunque olvide hay cosas que jamás podré olvidar.