10/01/2009

APATIA

Todo o nada. Blanco o negro. Siempre son decisiones, esas que te hacen ver que no quieres ver.
Es algo lioso, caótico y sobre todo dañino, tanto para ti como para las personas que te rodean, porque no puedes conocer a nadie, si ni siquiera reconocer el reflejo de un espejo.
Es atarte a tu persona pasada, esa sin cicatrices, con sonrisa y no querer abandonarla porque hace algún tiempo eso te hizo feliz.
Buscas la luz que siempre te guió, llámala ignorancia si quieres y seguir el camino por el camino que recorrías a saltitos, como Dorothy recorriendo baldosas amarillas.
Lamentablemente Dorothy no se pegaba mil y una ostias, porque solo existían un par de zapatitos rojos y se los llevó la maldita rubia después de cargarse a la bruja.
Entiendes que las cicatrices nunca desaparecerán, que esas quedarán dentro de ti como recuerdos de que algo se torció en algún lugar del camino.
Algunos las olvidan y vuelves a ser ellos, a otros nos marcan y los cambia.
Es entonces cuando golpean a su corazón, cuando sienten que necesitan volver a ser ellos, volver a ver la luz y a veces incluso lo consiguen.
Aunque no sea para nada mas que ver crecer que toda luz tiene una sombra y que siempre se hace mas grande cuando la miras.
Simplemente hay que asumir que tal vez habrá barreras que nunca se volverán a bajar, otras que costarán caer y algunas que ya han sido bajadas.
No se puede hacer sentir, si ya perdiste esa sensación o anda profúndamente escondida bajo alguna cicatriz.
No puedes volver loco a la cabeza o acelerar latidos, simplemente hay que vivir, pensar poco e intentar disfrutar de las personas que consiguen derribar alguna de esas barreras.


1 Comentarios:

Anónimo dijo...

Dorothy no era morena??¿?¿?


SOLAMENTE UNA PIEZA...