Los Martes suelen ser malos, peores aún que los Lunes, mas que nada porque el segundo madrugón siempre jode mas que el primero.
Sin embargo este ha sido diferente, es un Martes atípico, de esos que te dibujan una sonrisa.Si, habéis leído bien, nada de pintar una mueca en la boca sino hacerla de forma natural, tan atípica en los últimos días que incluso te hace sentir extraño.
Es saber lo que importas, lo que sienten por ti y sobre todo, que pase lo que pase siempre te tendrán atado unos lazos invisible.
Lazos en forma de palabras en un móvil, de una voz familiar o de unos anónimos conocidos para esa sonrisa de mi boca.
Es, como diría un dios ateo de una que me se yo, una invisible cadena que ata a la vida.
Es como pensar que puedes andar hasta el fin del mundo, sin cuerda visible pero con un millón de hilos escondidos a los ojos.
Tal vez, porque no nos gusta caernos mas de lo necesario y el dolor siempre será dolor.
Son esas palabras bañadas en café lo que me hace ver que tal vez no este tan desencaminado en mi vida.
Tal vez en esta montaña rusa que ha durado ya mas de una decena de meses, esta mezcla de sentimientos en la batidora de la vida, puede que estuviese equivocado.
Tirar hacia delante sigue siendo una huida y quedarse quieto sigue siendo rendirse y creo que les debo algo mas que una rendición con huida.
Seguramente este es mi don, saber juntarme a grandes personas.
Eso sí con una paciencia mas grande aún, porque no hay lineas suficientes para decir las mil y una perrerias que les ha hecho pasar mis fantasmas neuronales.
En mis subidas al cielo tiran de esos lazos para que mi ego nunca abrace demasiado a la estupidez, en mis bajadas al infiernos me levantan para que no acabe demasiado quemado.
Mis tirititeros de este teatro de la vida, esos mismos que incluso quise alejar, esos mismos que incluso han acabado heridos por mi culpa.
Por eso creo que aunque la pena sigue helando, no hay que olvidar que aun quedan fuegos para calentarte, que aunque tengas muchas decepciones, siempre podrás contar con esos lazos que no dejaran nunca de sorprenderte y ayudarte cuando tienes lunes, martes o cualquier otro día chungo.
¡Ah! Si la inspiración no quiere venir pues que se joda, que ya volverá pidiendo sopitas.
1 Comentarios:
Ya verás que sonrisa se te va a dibujar un martes cualquiera en Las Vegas...
Trato!
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