MARAVILLAS SIN ALICIAS

Ningún crimen es suficiente atroz como para no olvidarlo, como para que el tiempo lo devore y mastique hasta que incluso su recuerdo desaparezca.
Se han perdido los valores, el respeto que una vez fue miedo, y el anhelo por la libertad ahora es despreciado.
Antes te mataban por pensar, ahora, se nos ha olvidado que es pensar, que es dialogar o buscar un equilibrio.
La tierra sigue teniendo demasiada sangre, cada vez mas seca pero eternamente manchando el suelo. Da igual lo que se diga, da igual lo que se haga, las cicatrices de hace años, las vidas robadas o las familias rotas ya no son mas que un número.
Los lobos de antaño ahora están disfrazados de corderos, de demócratas que viven para y por el pueblo.
Demócratas de disfraz que chupan la vida al pueblo, que les da igual que la crisis ahogue hogares y que la miseria crezca a la par de sus barrigas.
Enormes bocas gritando libertad a la par que cierran otras bocas.
Sin preguntar si quiera si algo se puede solucionar, si existe una zona neutra entre las balas y la represión.
En medio todos los demás, todos que tienen un rey sin saber muy bien para que sirve, todos que no podemos recordar porque es delito, que no podemos pensar porque es delito, que no podemos sentir porque es delito.
Sin embargo, el giro a la derecha sigue estando permitido ¿raro no?
No, no es raro porque lo que antaño era un guante de hierro, ahora es de seda, sutil pero igual de peligroso.
Mascaradas bajo el nombre de la democracia, mas preocupados de unas fotos, que de un barco abordado por piratas.
Se preocupan mas de una manifestación en favor de la libertad de pensamiento, no equivocar con una revolución con armas, simplemente pancartas en favor de la libertad de expresión.
Sin embargo sigue habiendo mas gente en las colas del paro que en cualquier manifestación.
Aunque a pesar, de todo seguimos viviendo en un país en libertad, perfecto y en el que todos debemos sonreír.