Escribir todo lo que siento no tendría espacio suficiente ni en mil líneas, ni en mil horas podría sentir todo lo que esa persona me ha dado y me ha hecho aprender.
La gente que me conoce sabe que mi muñeca tiene un espacio reservado para ello.
Ver los sustos que te da la vida y comprobar que la fragilidad del tiempo derrumba hasta tus pilares, hace recordar que deberías no perder un abrazo, una caricia o un beso porque nunca sabes cuando será el último.
Cinco minutos que pueden cambiarlos todo, en menos se han rendido gente. Otras en cambio hacen lo que mejor saben hacer, luchar y minimizar daños de forma casi milagrosa.
Entiendes que la genética de la familia.
Comprendes como las generaciones futuras hemos superado, accidentes, meningitis o inhalaciones de lejía sin mayores secuelas.
Momentos de tirar la moneda al aire, jugártela y no saber si seguirías el camino casi recién empezado, pero ahora comprendo porque dos de sus nietos lo seguimos.
Lo entiendes porque sabes lo que ha luchado, lo que ha sacrificado y sin embargo, sin queja alguna, siempre con una sonrisa.
Es mi espejo, es el azul de mis ojos. Azul cristalino, sin mentiras, sin envidias, sin querer nunca molestar y sin embargo sin saber decir que no a nada ni nadie.
Orgulloso de mi herencia azul, como también lo estoy de mi verde, orgulloso de mis dos colores, las dos diosas de carne y hueso de un ateo convencido.
A una le debo la vida, pero de quien hablo hoy, le debo aprender a vivir, comprender que odiar es cosa de tontos.
Ella con su ejemplo, me enseñó a controlar mi lado irracional. Mi lado oscuro, que ahora que su salud no es tan buena como desearía, sale a pasear mas de lo que me gustaría.
Por eso y a pesar que mucha gente la quiere, que ha marcado a demasiado a gente, echandose una familia a la espalda con treinta años, mientras aguantaba durante casi cincuenta años la enfermedad ajena.
A pesar de todo nadie puede inflarse de orgullo como puedo hacerlo yo, ella es mi madrina y yo se que soy su ojito derecho, el mas azul de los dos.
Porque no es lo que soy y nunca lo será, sino lo que tengo.
La gente que me conoce sabe que mi muñeca tiene un espacio reservado para ello.
Ver los sustos que te da la vida y comprobar que la fragilidad del tiempo derrumba hasta tus pilares, hace recordar que deberías no perder un abrazo, una caricia o un beso porque nunca sabes cuando será el último.
Cinco minutos que pueden cambiarlos todo, en menos se han rendido gente. Otras en cambio hacen lo que mejor saben hacer, luchar y minimizar daños de forma casi milagrosa.
Entiendes que la genética de la familia.
Comprendes como las generaciones futuras hemos superado, accidentes, meningitis o inhalaciones de lejía sin mayores secuelas.
Momentos de tirar la moneda al aire, jugártela y no saber si seguirías el camino casi recién empezado, pero ahora comprendo porque dos de sus nietos lo seguimos.
Lo entiendes porque sabes lo que ha luchado, lo que ha sacrificado y sin embargo, sin queja alguna, siempre con una sonrisa.
Es mi espejo, es el azul de mis ojos. Azul cristalino, sin mentiras, sin envidias, sin querer nunca molestar y sin embargo sin saber decir que no a nada ni nadie.
Orgulloso de mi herencia azul, como también lo estoy de mi verde, orgulloso de mis dos colores, las dos diosas de carne y hueso de un ateo convencido.
A una le debo la vida, pero de quien hablo hoy, le debo aprender a vivir, comprender que odiar es cosa de tontos.
Ella con su ejemplo, me enseñó a controlar mi lado irracional. Mi lado oscuro, que ahora que su salud no es tan buena como desearía, sale a pasear mas de lo que me gustaría.
Por eso y a pesar que mucha gente la quiere, que ha marcado a demasiado a gente, echandose una familia a la espalda con treinta años, mientras aguantaba durante casi cincuenta años la enfermedad ajena.
A pesar de todo nadie puede inflarse de orgullo como puedo hacerlo yo, ella es mi madrina y yo se que soy su ojito derecho, el mas azul de los dos.
Porque no es lo que soy y nunca lo será, sino lo que tengo.
2 Comentarios:
Yo tambien tengo unos ojos azules por ahí de los que estoy muy orgullosa.
Y como salgamos todos con la misma casta y el mismo corazon que esos ojos azules...tenemos apellido para rato.
Simplemente precioso...
Publicar un comentario