Noches alegres, marionetas de días.
Si digo marionetas porque bastante duro ya ha sido el lunes, como para compararme con un muñeco, porque aun cansado, prefiero tener atadas a mí millones de hilos que una mano metida en el culo para hacerme hablar.
Los Lunes después de un buen descanso suele ser duro, realmente duro.
Te sientes atado, ver el sol y preguntarte que demonios haces disfrazado, sudando y subiendo y bajando cuestas, mientras tu cuerpo se queja de ya no estar preparado para tantas horas de nocturnidad y alevosía.
Los Lunes te sientes atado a la monotonía y entonces te daba por usar las neuronas para pensar estupideces.
Bueno mas bien te daba, en pasado porque te das cuenta que no vale la pena.
No vale la pena porque esa negatividad, ese agobio de hilos que presiona tu cabeza, que hunde tu sonrisa, te hacía que llegar los Lunes y que lo que te rodeara se echara a temblar.
Ahora comprendes que los hilos no están mal, sobre todo cuando tu cabeza aun anda borrándose de las neuronas la palabra alcohol. Los hilos se lían, se cruzan y se mezclan entre cabeza y corazón, hasta que el nudo es tan monumental que no sabes donde empieza uno y acaba otro.
Esta semana ha cambiado, a hecho que no pensara en vanalidades, en saber a quien les cuentas las cosas y quien te escucha.
Eres mas calmado y no te importa ser vulgar un lunes cualquiera, por muy buen tiempo que haga, puedes andar sin pensar y haciendo callar a tu cuerpo, solamente deseando llegar a casa.
Porque has aprendido que sentirte vulgar un Lunes, es en esencia porque has tenido un fin de semana especial.
Así que un poco de ritmo para acabar con este Vulgar lunes con alguien que dista mucho de haber sido vulgar.
Si digo marionetas porque bastante duro ya ha sido el lunes, como para compararme con un muñeco, porque aun cansado, prefiero tener atadas a mí millones de hilos que una mano metida en el culo para hacerme hablar.
Los Lunes después de un buen descanso suele ser duro, realmente duro.
Te sientes atado, ver el sol y preguntarte que demonios haces disfrazado, sudando y subiendo y bajando cuestas, mientras tu cuerpo se queja de ya no estar preparado para tantas horas de nocturnidad y alevosía.
Los Lunes te sientes atado a la monotonía y entonces te daba por usar las neuronas para pensar estupideces.
Bueno mas bien te daba, en pasado porque te das cuenta que no vale la pena.
No vale la pena porque esa negatividad, ese agobio de hilos que presiona tu cabeza, que hunde tu sonrisa, te hacía que llegar los Lunes y que lo que te rodeara se echara a temblar.
Ahora comprendes que los hilos no están mal, sobre todo cuando tu cabeza aun anda borrándose de las neuronas la palabra alcohol. Los hilos se lían, se cruzan y se mezclan entre cabeza y corazón, hasta que el nudo es tan monumental que no sabes donde empieza uno y acaba otro.
Esta semana ha cambiado, a hecho que no pensara en vanalidades, en saber a quien les cuentas las cosas y quien te escucha.
Eres mas calmado y no te importa ser vulgar un lunes cualquiera, por muy buen tiempo que haga, puedes andar sin pensar y haciendo callar a tu cuerpo, solamente deseando llegar a casa.
Porque has aprendido que sentirte vulgar un Lunes, es en esencia porque has tenido un fin de semana especial.
Así que un poco de ritmo para acabar con este Vulgar lunes con alguien que dista mucho de haber sido vulgar.
0 Comentarios:
Publicar un comentario