A veces las cosas se quedan colgadas, demasiada memoria ocupada y como pasaría en cualquier ordenador pues acaba saturándose.
El Lunes decidí seguir adelante, pensar y guardar las cosas del pasado para no olvidar los errores del pasado.
Aprendí la lección tarde y mal, el lunes casi pierdo y tengo que olvidar en ese pasado a una amiga, una gran amiga.
Entonces te das cuenta que por borrar tu pasado, por no dar importancia a unas caricias y unos besos, acaban hundiéndote la vida.
Las comparaciones son odiosas y mas si lo hacen con alguien que no valora a los demás, que no asumen sus errores y tienes que ser tu la diana que pague el pato.
Es algo duro pensar que tu vida vuelve a tener norte, arreglas tus errores y quieres empezar de cero con todas esas personas que quieres y resulta que otro golpe viene detrás.
Golpes que de personas olvidadas y que resultan ser anónimas después de tantos años, personas que prefieren atacar a defenderse y joder la vida ajena, cuando realmente no tienes nada que explicar, nada que decir y menos nada por lo que pedir perdón.
Es un macabro juego de la oca, donde puedes volver al principio, caer en la cárcel o quererte debajo de un puente. Es un juego que por mucho que te guste el azar y las malas intenciones cuentan mas que el soplido de la gente amiga a tus dados.
Bueno este fin de semana deja tocar dejar de pensar en todo esto y sí, en recuperar otros buenos momentos que aún no han pasado.
Aprendí la lección tarde y mal, el lunes casi pierdo y tengo que olvidar en ese pasado a una amiga, una gran amiga.
Entonces te das cuenta que por borrar tu pasado, por no dar importancia a unas caricias y unos besos, acaban hundiéndote la vida.
Las comparaciones son odiosas y mas si lo hacen con alguien que no valora a los demás, que no asumen sus errores y tienes que ser tu la diana que pague el pato.
Es algo duro pensar que tu vida vuelve a tener norte, arreglas tus errores y quieres empezar de cero con todas esas personas que quieres y resulta que otro golpe viene detrás.
Golpes que de personas olvidadas y que resultan ser anónimas después de tantos años, personas que prefieren atacar a defenderse y joder la vida ajena, cuando realmente no tienes nada que explicar, nada que decir y menos nada por lo que pedir perdón.
Es un macabro juego de la oca, donde puedes volver al principio, caer en la cárcel o quererte debajo de un puente. Es un juego que por mucho que te guste el azar y las malas intenciones cuentan mas que el soplido de la gente amiga a tus dados.
Bueno este fin de semana deja tocar dejar de pensar en todo esto y sí, en recuperar otros buenos momentos que aún no han pasado.
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