Cuando las cosas comienzan a torcerse no suelen conformarse con un poco, sino que se retuercen hasta adquirir una forma que dista mucho de siquiera ser una sombra de lo que fueron. Las ilusiones acaban convirtiéndose en una maldición tan pesada que cuesta no mandar todo a la papelera de reciclaje y dejar todo atrás, sin girar siquiera para ofrecer una escueta despedida.
Es lo que suele hacer ese pequeño bastardo llamado Murphy a quien se atribuye ese dicho que la desgracia nunca viene sola, sino acompañada por unos cuantos amigos que tienen ganas de poner tu vida patas arriba.
Eligen un mes marcado, ese que todos tenemos en rojo entre los doce.
Son momentos de inflexión, de agujeros y vacíos, por ver que al final, tantos sacrificios y esfuerzo pueden ser borrados solamente por una persona que no supo hacer su trabajo.os entre los doce del año que nos gusta menos, y deciden por iniciativa propia que es hora de poner a prueba tu límite, con tanto ímpetu, que acaban desordenando lo que ya pensabas que no podía estar mas liado.
fría y lamentablemente para este que escribe nunca supo lo que era eso. Si te mueves por impulsos estás jodido, mas que nada porque te sumerges en el negro cuando casi acariciabas el blanco. Necesitas estar desconectado del mundo y buscar algo que consiga quitarte esa sensación de desencanto en la boca, intentando airear tu frustración con los dedos atados a un mando mientras luchas en una guerra mundial virtual. Pero no funciona. La sensación sigue rondando tu cabeza y cuanto mas aprietas el botón mas frustrado te sientes, porque a fin de cuentas, podías haberte ahorrado dos años de vida y haber empezado a matar marcianitos antes.
Decides cambiar de tercio y buscas un disco nuevo, uno de un grupo que te motive y das gracias porque el grupo con malas noticias pero gran sonido acaba de sacar un nuevo trabajo. Te lo enchufas, te pones los cascos y al principio funciona, pero solo en el inicio, después te sumerges en sus guitarras afiladas y letras llenas de desencanto decidiendo que no es una buena música para escuchar en ese instante.
Entonces descubres al azar otro estilo, uno que nunca te había dado por oír pero cuyas versiones conoces de toda la vida y es entonces, donde encuentras lo que necesitas.
Esa necesidad de aferrarte a canciones que marcaron buenos momentos pasados pero con un ritmo lento, pausado, uno que te sirve para cerrar los ojos y poder curar heridas mal cerradas hasta que el siguiente revés te vuelva a poner a prueba.
2 Comentarios:
pues cuando no se consigue desconectar y solo keda deskizarse aun mas ..en ese preciso momento es kuando hay ke llamar a los amigos y ke pongan a tu disposcion su oreja,si esa oreja tiene el dia igual de jodido la solucion::emborracharse juntos !!!ajajjaja ,no es la solucion de nada pero aliviara un rato al menos no???
Ya me estais incitando a la bebida...y no quiero, la última vez que quedé con ella me prometió que me volvería a llamar pero nunca lo hizo! Confío en que fuese por que se le olvidó...jajaj
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