Tengo una amiga que anda algo mosca sobre ese tema de la amistad, bueno mas que mosca, creo que será una mezcla entre cabreo, indignación y desencanto puesto que cuando piensas que necesitas a alguien cerca que piensas que te tenderá su mano si te has caído, ocurre el efecto contrario y como una versión de los Donettes pero a la inversa, todos esas personas desaparecen por todas partes.
La culpa de este fenómeno la tienen las dichosas redes sociales que nos confunden los términos.
Cuando las abres y pone la palabra "amigo" generalmente bajamos las defensas ante ese desconocido hasta el punto de confundirnos y mezclar churras con meninas hasta que esas letras pierden su significado.
O por lo menos a mí eso me parece.
Es como liarte con una persona desconocida una noche y proponerle matrimonio en plan living la vida loca en la ciudad de las Vegas, pero lo hacemos y no es hasta comprender que esas personas son nuevas en tu vida cuando comprendemos nuestro errores. Insistiendo en hacer funcionar algo que nunca tiene porque funcionar sino quiere ponerse en marcha por sí mismo y como tampoco podemos hacer sentir al corazón a base de golpes, al final pones a cada uno en su sitio, reorganizas tu tiempo y vuelves al principio a esos amigos de los de verdad. Aprendiendo a las malas que tal vez has desaprovechado muchas horas valiosas en intentar forjar algo que nunca debió existir bajo el manto de la palabra amistad.
No me refiero con esto a que debes convertirte en un ermitaño ni mucho menos, sino que debemos crear una escala, una piramide de Maslow sobre las relaciones interpersonales.
Arriba siempre tienen que estar las personas importantes, esas a las que cuentas tus secretos, obra y milagros. Personas que no piden nada a cambio de ofrecerte sus secretos y que sin embargo te producen el amparo suficiente como para poder relajarte cuando la vida no te sonríe.
Luego debes hacer el grupo de conocidos, esos "coleguitas" de trabajo o compañeros para salir de fiesta que te amenizan lo suficiente una velada, pero solo eso, nada de contar nada de tu intimidad porque esa especie de exacerbada amistad bañada generalmente el alcohol puede terminar por hacer brotar secretos por tu boca que no debías contar y si algo hay claro en este país, es que para cotilleos siempre hay orejas.
Por último están los que ni siquiera llegan a eso sino se convierten en un mero pasatiempo cuando el aburrimiento llama a tu puerta y necesitas buscar a alguien para charlar, son como amigos de ascensor en los que la conversación siempre son puro trámite.
El truco de todo esto no es otra cosa que saber ubicar a cada uno en cada escala, intentado mantener la ultima de sus paradas intacta, aprovechando de esa gente importante...las otras dos son prescindibles, tanto, que las personas que ubicas en dichas escalas pueden ser reemplazables y cambiantes, saltando de un grupo a otro sin que realmente importe demasiado, sobre todo, cuando sientes que a su lado puede que las cosas han dejado de parecer divertidas para convertirse en pesadas. También hay casos especiales en las que personas entran en tu pequeño y selecto grupo, son contadas ocasiones, pero cuando lo hacen es muy difícil que salgan.
Ese es el secreto que esconde todo el mecanismo de las relaciones humanas, la continua adaptación a la que sometemos a nuestra vida social y sobre todo, a no ser condescendientes con gente que realmente no pinta casi nada en tu forma de ver la realidad.
1 Comentarios:
¡Que razón tienes!...
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