No se si será la edad, la crisis de los 28 (Si es que existe esa crisis) o cualquier otra chorrada que se me ocurra de aquí al acabar estas líneas pero me siento enfermo.
Enfermo con unos mocos galopantes, un dolor de cuerpo de la ostia y sin ganas de levantarme ni para coger un maldito pañuelo de papel.
Enfermo dentro de mí, demasiado raro como para seguir pintándome la sonrisa, demasiado cansado de tener que sobrevivir día tras día a la misma rutina.
Estoy enfadado de andar y no llegar a ninguna parte, de no querer ver lo que mis ojos no quieren enseñarme y sobre todo, hasta las pelotas de parecer estar enfadado con la felicidad.
Mi inspiración parece una enfermedad terminal, mi imaginación ya huele a podrida y realmente no me siento con fuerzas para resucitarlos, para que vuelva a entrar en mi desordenada cabeza.
Es verdad que siento vacío y que hay gente que me ayuda a sonreír, a querer levantarme cada mañana de la cama pero realmente me estoy quedando sin gasolina y tengo miedo a quedarme tirado en el camino.
Miro a mi alrededor y la gente evoluciona, cambia, se vuelve mas autónoma y realizan sus sueños y viven sus vidas, es verdad que algunas están llenas de mentiras, pero incluso así son sus vidas.
En cambio mis días se pasan mirando al reflejo de los espejos, ese mismo que siempre es el mismo y sin embargo día tras día lo reconozco menos.
Bueno mejor dejar de escribir, es lunes, ando medio enfermo y a punto de cumplir años...espero que solo sea eso, por mi salud mental, imaginación y por todos los que me rodean y se preocupan por mí.
Tal vez sea porque un grande de las letras ha dejado para siempre de escribir y deleitarnos o tal vez será porque siempre seré yo, con mis cosas buenas y mis mil y
una maldades.
Tal vez porque seré una eterna paradoja en un mundo que a veces es triste a veces alegre pero casi nunca justo.
Enfermo con unos mocos galopantes, un dolor de cuerpo de la ostia y sin ganas de levantarme ni para coger un maldito pañuelo de papel.
Enfermo dentro de mí, demasiado raro como para seguir pintándome la sonrisa, demasiado cansado de tener que sobrevivir día tras día a la misma rutina.
Estoy enfadado de andar y no llegar a ninguna parte, de no querer ver lo que mis ojos no quieren enseñarme y sobre todo, hasta las pelotas de parecer estar enfadado con la felicidad.
Mi inspiración parece una enfermedad terminal, mi imaginación ya huele a podrida y realmente no me siento con fuerzas para resucitarlos, para que vuelva a entrar en mi desordenada cabeza.
Es verdad que siento vacío y que hay gente que me ayuda a sonreír, a querer levantarme cada mañana de la cama pero realmente me estoy quedando sin gasolina y tengo miedo a quedarme tirado en el camino.
Miro a mi alrededor y la gente evoluciona, cambia, se vuelve mas autónoma y realizan sus sueños y viven sus vidas, es verdad que algunas están llenas de mentiras, pero incluso así son sus vidas.
En cambio mis días se pasan mirando al reflejo de los espejos, ese mismo que siempre es el mismo y sin embargo día tras día lo reconozco menos.
Bueno mejor dejar de escribir, es lunes, ando medio enfermo y a punto de cumplir años...espero que solo sea eso, por mi salud mental, imaginación y por todos los que me rodean y se preocupan por mí.
Tal vez sea porque un grande de las letras ha dejado para siempre de escribir y deleitarnos o tal vez será porque siempre seré yo, con mis cosas buenas y mis mil y
una maldades.
Tal vez porque seré una eterna paradoja en un mundo que a veces es triste a veces alegre pero casi nunca justo.
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