Sin tierra por recorrer cansado de haber sido un trotamundos, un andante sin corazón ni meta, siempre mirando al frente.
Perdido en mi camino, empedrado y sin asfaltar, pero ante todo mi camino. Sin querer atajar, sin querer retroceder por miedo a encontrarme.
Ese caminar recorriendo un camino equivocado, falso y sin embargo mi camino. Bajo el manto de mi estupidez y mi sonrisa sin pasión.
Imaginando el final, la anhelada meta a la que temo llegar puesto que cuando llegase ya no sería mi camino.
Esta es mi vida, seguramente equivocada, pero es mi vida mi decisión y odio los consejos puesto que nada se obtienen de ellos.
Sin azar ni destino como compañero, tan solo el polvo como aliado y una gran roca en la que descansar y observar. Viendo el buen camino, el que todo se empeña en marcar como bueno y que sin embargo nunca podré seguir.
Porque este es mi camino y espero jamás olvidarlo.