12/18/2007

OTRO PASO DEL VIAJE

Cuando llegó a aquel extraño país tan solo deseó que el barco no se hubiese marchado aún del puerto. La gente le miraba raro, realmente raro, tan raro como pueden mirar a una persona con aquel tono de piel tan blanco como el suyo.
El joven medio asustado, medio fascinado devolvió la mirada a aquellas personas que de forma insistente le miraban. Le engatusó aquel tono de piel, tostado a su parecer, bajo aquel duro sol que golpeaba sobre sus cabezas.
Durante horas ando por la ciudad, solo y a la vez rodeado de gente. Era un extraño en aquel desconocido lugar, que aunque recibía el nombre de ciudad, no se parecía en nada a las grandes ciudades que había visitado meses atrás.
Preguntó a la gente, aunque la mayoría se limitó a ignorarle, pero el joven cortes como siempre, daba las gracias ante sus silencio y con su eterna sonrisa en la boca, continuaba su camino en busca de información.
Cuando la noche comenzó a caer y las fuerzas del joven a menguar, la suerte volvió a ponerse de su lugar.
Salía del enesimo establecimiento en el que había preguntado sobre el "ladrón de nombres" y por enesima vez el silencio fue su respuesta. Su rostro reflejaba cansancio pero su sonrisa no había desaparecido, no aún y menos cuando Sahid le abordó en mitad de la calle.
Sahid se trataba de un joven de su misma edad, vestido con una enorme túnica de color negro y una cicatriz en forma de equis en su barbilla.
Su fiero aspecto no podía esconder unos ojos honrados y fieles a los que el joven sin nombre se aferró desde que lo viera.
Sahid le dijo que le había estado observando y que admiraba su tesón a la hora de buscar algo tan preciado como el nombre. Le dijo que él había visto a un hombre igual de blanco que él y que se parecía al que había descrito, pero que había marchado hace unos días hacia el norte.
El joven se alegró de oir eso puesto que por lo menos sabía hacia donde dirigirse, pero Sahid tenía otros planes y invitandole a casa le dijo que le acompañaría en su viaje, puesto que como buen nómada que era jamás le gustaba quedarse en la misma ciudad durante mucho tiempo.
También le avisó que el viaje sería largo y duro, pero aquello no inquietó al joven, puesto que cuando viajaba a bordo del pesquero, encontró algo desconocido para él hasta ese momento, encontro la paciencia.

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SOLAMENTE UNA PIEZA...