12/12/2007

SEGUIMOS CONTANDO

Parece que hay que seguir otro poquito con el cuento pos allá va.

Se marchó de su pequeño pueblo en busca de su nombre, que bien sonaba pero que cansado era. Recorrió durante días los caminos sin pista alguna, preguntando a todo el mundo, a todas las personas que se cruzaban en su camino y nada.
Fue el cuarto día cuando comprendió que debía comenzar a buscar algo en lo que dedicarse mientras buscaba su nombre, puesto que el dinero no le sobraba.
Así fue como acabó en una granja, dispuesto a ganar unos euros para continuar con su gran búsqueda.
Allí fue conocido como "espigao" puesto que su casi metro noventa ayudaba a los menudos granjeros a llegar a sitios donde jamás hubiesen imaginado. Ayudaba en la cocina, en las cuadras, ayudaba en las siempre, ayudaba en donde hacía falta y siempre con esa eterna sonrisa en la boca.
Y así pasó un año.
El niño pasado se había convertido en un joven, un hombrecito que había reunido el dinero suficiente para poder continuar su viaje sin dificultad. Si supiera por donde continuarlo por supuesto.
Pero entonces, como si el destino le hubiese escuchado, Aron, que así se llamaba el granjero regresó de visitar a su hermano en la ciudad. Aron le dijo que su hermano le había llevado a un extraño espectáculo en un hermoso teatro. Era un espectáculo que si bien no lo entendía, achacándolo a su poca virtud en las letras, le fascino de sobremanera.
Allí había un hombre, delgado y muy bien vestido que adivinaba los nombre, o mas bien, creaba dichos nombres. A él se dirigían la gente a la que no le gustaban como se llamaban y en un visto y no visto, comenzaban a llamarse de otra manera.
Aquello fascino al joven que hizo sus maletas de nuevo y marchó en busca de aquel misterioso nombre. Quería pedirle que le devolviera su nombre o incluso se lo cambiara si cuando se lo diese no le gustase.
Se despidió de aquellos amables granjeros, prometiéndoles que regresaría algún día y marchó en busca del hombre con el sombrero de copa.

Bueno si a la noche tengo ganas sigo con la historia del niño ya hombre que no tenía nombre

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SOLAMENTE UNA PIEZA...