La verdad es que la fauna de los gimnasios es cuanto menos peculiar y autóctona. Lo digo desde la experiencia de haber recorrido unos cuantos a lo largo de estos años, y vayas donde vayas siempre encuentras a los mismos tipos de personas.
No sé, tal vez es que sea algo vago o que no encuentro mucha motivación en el sufrimiento, pero me encanta esa frase que cualquier monitor oficial te dice cuando estas con la lengua fuera, sin aliento y con el corazón a la altura de la garganta porque se te ha ocurrido la brillante idea de aceptar su "invitación" a hacer un circuito, una clase o cualquier otro tipo de tortura.
La frase en cuestión es algo así, como lo bien que te sientas después de haber llevado al límite tu cuerpo durante una interminable hora de agonía y sufrimiento. Entonces, cuando la sangre vuelve a llegar a tu cabeza, que no sabes que leches entienden esas personas por sentirse bien. Porque las agujetas duelen y el mareo por la falta de oxigeno, lejos de producirte un plácido colocón, te deja una sensación de estar en la proa del Titanic a punto de hundirse...pero sin el Dicaprio.
Aunque sin dudas, los mejores son los monitores amateurs. Ya sabéis, esas personas que da igual a la hora que vengas, ellos siempre están ahí. Los miras y ves sus brazos mas anchos que tu cabeza (y eso que mi cabeza no es pequeña precisamente) levantando si les dejasen el gimnasio entero, con la mueca de total estreñimiento grabada en su cara.
Tal vez no tengan otra vida y en general no existe nadie mas para ellos en su recinto, ellos son un todo con el gimnasio...como un pack.
Sin embargo siempre ocurre que si acudes asiduamente, acaban por verte. Al principio desde la lejanía y luego, lentamente se acercan a valorar tu esfuerzo y sacrificio...y amigos, da igual lo que hagas SIEMPRE estarás haciendo algo mal.
Y empieza su particular clase calvario sobre posturitas, ejercicios y un millón de chorradas que ni te van ni te vienen. Luego que si la dieta que hace que si deberías hacer eso o aquello, e incluso comienzan a decirte las mil y un mierda que toman para que su brazo parezca un tronco y sus huevillos aceitunas.
Aunque sobre todo, te dejan claro que nada se logra sin sangre, sudor y lágrimas.
Es entonces cuando le miras, si le miras, porque ni siquiera has contestado y ya te ha dado una clase de nutrición acelerada...aunque tengas los cascos puestos!! Eso a ellos no le importan y siguen hablando sin pausa mientras tú buscas el maldito botón del volumen, que pos supuesto, jamás encontrarás.
Así que decides valorar sus sabias palabras y comienzas a pensar que no tienen mucho sentido la verdad.
1º Las drogas nunca me han motivado para divertirme, así que lo que me faltaba metermelas para que mi sufrimiento dure mas tiempo...es como al que es alérgico a la lactosa y le obligas a comerse un cabrales.
2º La sangre la llevo muy mal, soy muy quejica y como he dicho el sufrimiento que prefiero evitar en todo lo posible. Yo he llegado oír los alaridos de esfuerzos de un tipo con tanta intensidad y agonía que casi acabo gritando. "Deja de hacerte el héroe y diles todo lo que quieren saber, pero por favor, que dejen de torturarte!!!!"
3º Las lágrimas...pues prefiero llorar de la risa, porque ya hay bastante cosas chungas en la vida como para además añadirle otra mas de regalo.
4º Esta es la mejor...sudar la gota gorda corriendo en una cinta es absurdo. ¿Para que corres sino vas a llegar a ninguna parte.? Además, hay pocas cosas mas aburridas que esas y si hay que sudar pues prefiero algo mas divertido como una pachanga con los amigos o algo mas intimo y sobre todo muchisisisismo mas divertido que parecer un hamster.
Por eso, tras valorar todas sus enseñanzas, esbozas la mejor de tus sonrisas y tras darle las gracias (ojo lo cortes no quita lo valiente) le dices que tan solo vienes al gimnasio para no tener que preocuparte de lo que comes o dejas de comer...Y no veas como les jode eso! porque esos mastodontes de fibra y músculo, sobreviven a base de batidos (que bueno llamar a eso batidos, es como llamar a Leticia Sabater tia buena) y esas tortas de maíz integral sabor a cartón.
Y recordar amigüitos, si alguna vez acabáis en un gimnasio intentad que no os vean y evitar en lo posible las maquinas del infierno!
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