11/03/2009

VEINTIUN NEURONAS Y UN CORAZÓN

Los días que son especiales, esos en los que tu móvil suena diferente y te muestra un nombre te hacen pensar en esa persona.
Puede sonar muy frío, pero ciertamente soy lo peor para las fechas, tanto, que a veces ni me acuerdo a veces en que día vivo.
Es recordar el pasado y pensar como la vida no te roba a mano armada la felicidad. Sino que la transforma, la marca y te la enseña de nuevo en otra mirada, en otros sentimientos.
Es algo extraño pero real.
Es como comparar a alguien con un personaje de un programa infantil y hacerla rabiar.
Crear un vínculo personal de una desconocida.
Alguien que sin saber porque, te iba a encantar que se sacara el pasaporte de tu particular realidad.
Puede ser un cúmulo de sensaciones, de esos lazos invisibles que se forman con ciertas personas, en cierto lugares y sobre todo en ciertos momentos.
Ahora no se si se arrepentirá de nuestra primera conversación etílica, esa donde los signos zodiacales, las bolsas sorpresas y las dudas existenciales labraron el principio de algo especial que tardó tiempo en florecer.
Un año después, en esa época en la que todo me parecía tan gris y con un corazón en obras regreso como las hojas de Noviembre.
Esos momentos en los que nada me hacía volver a buscar algo por lo que emocionarme, volvió como agua de mayo en un seco Septiembre.
Entonces florecieron las noches de brindis, los juegos prohibidos, las tardes del café, cine y eternas conversaciones sobre los mil y un temas que surgen de las dudas.
Tal vez su vital planificación y mi caótica existencia conectaron antes que lo hicimos nosotros mismos.
Seguramente su cordura y mi extraña locura de sonrisa traviesa hagan que a veces parece que nuestras edades están cambiadas y por eso es tan vital para el otro.
Pueden ser por muchas razones que se resumen en una sola, una que nos ha hecho pasar tantos buenos momentos. Algo tan sencillo como saber lo que necesita el otro, cada uno nos cambiamos el papel con el otro, a veces maestro a veces alumno.
Por eso hoy me toca ser la vela para una cumpleañera.
Hoy solo puedo desear que no se aleje nunca demasiado porque ella sabe poner orden en mi cabeza (estudia para eso) y sobre todo porque sabe sacarme una sonrisa.
Hoy que es tu día amiga mía, tan solo me queda decirte que.....Es normal 24 horas al día. (jeje)

ZORIONAK NERE.


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SOLAMENTE UNA PIEZA...