Hemos pasado del calor de quemar a la brasa, al frío del congelador de casa.
Este es un país de locos, pero mejor locos que cuerdos tristes.
El día no acompaña pero aún así saldremos a la calle
Mas que nada porque al fin del mundo solo se llega una vez o como mucho dos o tal vez tres.
Es un viaje que compartiría con mucha gente, otras en cambio no lo volvería a hacer porque la incompatibilidad hace que a veces el control sea difícil de mantener.
Es cierto que Txino siempre estaría allí, mas que nada para discutir sobre vinos o seguir haciendo peleas de pingüinos de peluche.
Es verdad que cada día que pasa mas me gusta este país, mas contrastes, mas matices, en resumen, otra forma de ver la vida, tan buena como cualquiera, tan mala como ninguna.
Seguimos vivos, algo mas rojitos, pero vivos. Hemos visto ballenas ( y no es un eufemísmo, sino de verdad) Elefantes marinos y algún que otro pingüino y la verdad es que esta de vicio esto de estar en veranito mientras otros tienen que coger y ponerse hasta el polar. Seguiremos en contacto
Señor@s lamento informales que me marcho de vacaciones durante 3 semanas al fin del mundo, un lugar algo fresquito pero que merece la pena visitar. Cuando vuelva volveré a llenar este blog con las mil y una historias que espero que me pasen, que espero recordar como un o EL viaje de mi vida. Tras dos años en los que las sombras han sido mas largas que lo esperaba he intentado no aburriros mucho con mis lágrimas, por eso, espero que cuando vuelva la alegría vuelva a estas líneas. No paséis mucho frío
La verdad es que los físicos tendrían que hacer unas cuantas teorías sobre las maletas y sobre todo, los agujeros negros que se esconden dentro de ellas. Tanto mochilas como maletas comienzan a engullir tu ropa, tus cosas y cuando piensas que ya no puede entrar mas cosas, te das cuenta que aun te queda la mitad por meter. Así que vuelta al principio, sacar todo y empezar de cero haciendo una selección natural. Quita de aquí, lima de allá y así hasta que te das cuenta que aun te quedas sin espacio para todo lo que crees necesitar. Vuelves a quitar cosas y así finalmente pareces quedarte medianamente convencido, con la mitad de las cosas que tenías pensado meter, pero convencido. Entonces intentas pensar si has metido algo esencial, puede ser un bañador, un pantalón o cualquier otra cosa que tu crees esencial y por lo tanto, no te acuerdas si lo has metido o no. Por mucho que grites a tu neurona esta pasa de ti, así que tienes que volver a deshacer toda la mochila para darte cuenta, que la última cosa que había en su interior es lo que estabas buscando. Suele ser en ese momento cuando tu ama se desespera y tras apartarte como si hubieses realizado un crimen, te empieza a ayudar a hacer la maleta y...milagro!! No solo entra todo lo que tenías pensado meter en un principio, sino que además te sobra espacio. Madres, las magas de universo.
Te pasas un buen tiempo de tu inoperante vida buscando las cosas que te han acompañado a lo largo de tu vida. En el caso de los viajes se trata de tu gorra de la suerte, bueno tampoco es de la suerte pero es la que te ha acompañado cada vez que has saltado el charco. La buscas mientras te estrujas la cabeza en recordar donde la has dejado y por supuesto, no te acuerdas ni por asomo. Entonces se te ocurre mirar hacia arriba y descubres que ha estado allí todo el tiempo, en una balda encima de tu cabeza como mirándote en silencio como te volvías loco. Esa búsqueda te hace recordar un detalle sin importancia...¡¡NO SABES DONDE ESTA TU PASAPORTE!! Otra vez a hacer trabajar a la neurona. La buena noticia es que esta vez parece recordar donde está, escondido en el baúl de lo recuerdos desde hace dos años. La mala es.....LLEVA CADUCADO CASI AÑO Y MEDIO. Se encienden las alarmas y por supuesto toca madrugar, comerte el frío y poner cara de perrito abandonado porque te presentas en una comisaria, sin número y sin estar detenido. Te toca lidiar con un señor agente que podía haber sido perfectamente uno de los hombres de Paco, intentas explicarle tu caso, intentas que comprenda que te quedan menos de 48 horas para viajar, que te van a matar o cualquier cosa para que se apiade de ti. Lástima que sea una perfecta máquina de la autoridad. Viendo que intentar ablandarle el corazón no surge efecto, decides cambiar de táctica e intentar que sufra un cortocircuito. Empiezas a usar palabras raras y hablar a toda velocidad para que no le de tiempo a procesar todo lo que sus oídos están escuchando. Finalmente tu discurso sin sentido da sus frutos y no sabes si por insistencia o porque su cabeza ha saturado de deja entrar y hacer el maldito pasaporte. Ya mas tranquilo vuelves a casa con ese cacho de papel con tu foto, como si de un cartel de SE BUSCA se tratase. Y realmente pareces un delincuente pero te da igual porque vuelves a poder viajar con tu gorra. Piensas que las personas tal vez se parecen demasiado a ese cacho de papel con tu foto, son como países que conoces o te expulsan. Algunos son de esos que nunca acabas de conocer. Esas personas en las que estás acostumbrada a conocer de hotel y llegado el momento, decides coger la mochila recorriéndolo libre, sin límites y sin miedos. Vale que igual no hay tantas sonrisas de comodidad pero todo es mas personal, mas esencial y sobre todo con menos aduanas. Luego hay las personas que te echan de su vida, expulsado como un apestado y con el título de "non grato" como sello. Están las que te dejan entrar pero que te ponen fecha de vencimiento de tu visado. O simplemente las que como no cumples sus exigentes normas de aduanas ni siquiera te dejan pisar tierra. Con todas esos países-personas es mejor pasar de largo, porque si algo tengo claro que al igual que con el mundo y los países, existen millones de buenas personas que te sellarán tu pasaporte.
La canción viendo el lugar para lo que necesitaba el pasaporte y este día de locos era fácil de elegir. ¡¡A DISFRUTAR!!
La verdad que hoy iba a hablar de mis calcetines pero para cuando he llegado a casa y descubres que los días malos se llaman malos por algo, no hay vuelta atrás. Mañana hablaré sobre esto, como un mal momento o como una de las mayores putadas de lo que llevo de vida. Pero hoy estas líneas están reservadas a otras cosas, a otros sentimientos y sobre todo a días peor que el que ha sido el mio. Son lineas sin nombres, sin detalles ni pistas porque no soy quien para hablar de cosas que no tengo derecho a hacerlo. Aún así tengo que hacerlo, tengo que intentar transmitir que un abrazo no lo para la distancia, que un muxu no tiene porque ser con la boca y que intentar que esboces una sonrisa en un dia tan chungo es una obligación. Puedo intuir que es lo que tu cabeza piensa, lo que tu corazón siente o como sientes que somos como una pequeña mota de polvo para el universo. Para mi desgracia se lo que sentí durante este último año durante mas de una vez para desgracia. Nadie puede saber lo que sientes, se que no hay abrazos que consuelen, que no hay muxus que llenen ese sentimiento de incertidumbre. Pero recuerda que de momento es incertidumbre y por lo tanto aún no hay nada escrito, nada dicho o motivado. Aun así levántante, mirate a un espejo y recuerda que las generaciones anteriores siempre son mas duras que las posteriores. Recuerda que tu has pasado mil y una batalla y has seguido para adelante, recuerda que con todas las ostias que se ha emperrado la vida en darte tu has seguido mirándola a los ojos. Recuerda de quien eres y cuando lo recuerdes, sabrás que incluso de este momento de negra incertidumbre, saldrá adelante. Se que son solo lineas pero no quiero que olvides que estoy aquí.
Tan simples en la mente de cualquiera que no sea el propietario, tan complicados en la imaginación de sus dueños. Son historias de niñez, de esas que se tejían con los hilos de los locos pensamientos que solo tienen los niños. Astronautas que conquistaban la luna y se estrellaban en su redondo rostro en un fatal alunizaje. No hacía falta ni casco, ni traje espacial y por no hacer falta, no hacía falta mas que unas cuantas tablas y un poco de papel de aluminio "prestado" de la cocina de las amatxus. Caballeros que luchaban contra dragones y monstruos con espadas de madera, con escuderos que transportaban duros escudos de cartón. No había princesas, por lo menos de carne y hueso pero aun así, se dejaban hasta el último aliento (y los pantalones) en aquellas épicas guerras de la mente. Ahora no existen esos sueños, los videojuegos los han robado. Ya no hace falta imaginar, ya te los mascan y te los dan listos para ser servidos y deborados. Ya no existen planetas y estrellas lejanas, ya no hay dragones o monstruos, ya no hay caras en la luna. El misterio personal de nuestra imaginación a sido sustituido por un ON que hace OFF a nuestros cuentos.
A veces debes pensar en que has acabado convirtiendo tu vida, como los giros de la vida te hacen pasar de un lado a otro como si de una balanza descontrolada se tratase. Sientes que la vida viene como le da la gana, que a veces pararse y no pensar en nada es la mejor manera de continuar. Es una paradoja, una forma de ver la vida que tal vez sea por un prisma diferente a lo que te has acostumbrado. No habrá soluciones al otro lado del mar, no habrá una formula mágica para volver a encontrar un norte feliz. Simplemente habrá nuevas experiencias, nuevas personas que conocer, nuevos lugares a los que visitar y sobre todo nuevos cambios. Por eso a falta de menos de una semana para estar a miles de kilómetros para vaciar la memoria, para llenarla de nuevas cosas en las que poder empezar a mirar todo con otros ojos.
Hay días que el cansancio no importan, que sientes que puedes dar ese último arreón a la semana en forma de mordisco. Tal vez es el tiempo, ahora que el agua nos ha dado tregua y la temperatura ha vuelto a subir unos grados, haga cambiar tu estado de ánimo mas de lo que quisieras admitir. Da igual las cuestas, da igual que se haga de noche pronto o que tengas que aguantar a la pesadilla en forma de seres humanos con bastones. Hoy todo da igual, hoy la sonrisa ilumina tu cara y no tienes ninguna intención de borrarla, no hoy, no ahora que tu semana de estar disfrazado ha terminado. Es hora de acelerar. Es el deseo de ir mas rápido y dejar los malos momentos y apear los malos pensamientos en el anden del olvido. Son las ganas de sentirse momento, de saborearlo y disfrutarlo. Aprender a aguantar cuanto mas puedas este interruptor encendido, el mismo que hace que las musas vuelvan de sus viajes, el mismo que hace que no te importen las princesas. El encendido a mis historias, la cegadora luz que aparca mis dudas, esa luz que las hace ver como algo que no tiene porque preocuparse mas lejos de la sombra. Hoy es día de devolver deudas, esa que contraía con este sentimiento hace una semana. Cuando el agua inundó mis ganas de disfrutar y dejar de pensar. Día con ganas de disfrutar = grupo que te hace disfrutar
Hay un club, un lugar donde solo se puede entrar si te sales de lo habitual, de lo cotidiano. Es un club donde los soñadores beben hasta caer borrachos de sueños, de momentos y anhelos que siempre estarán en sus cabezas. Es el lugar donde van los que tienen en corazón en reforma, esos que por no tener normal no tienen ni un latir regular. Es el sitio donde quemas tus agobios, donde perder el control de la situación no es un problema, sino una obligación. Es el centro de reunión de un selecto pero desastre número de veletas, de personas con dos pies izquierdos y sin ganas de torcer ninguno a la derecha. Todo el mundo puede entrar, pero pocos son los "priviligiados" que se pueden quedar, que hacen su lugar habitual para sus continuos desastres diarios. Es un lugar donde la bronca en forma de realidad es continua, es donde la sangre corre por el suelo en cada desengaño, donde los miedos se convierten en un credo, donde puedes llegar a aprender lo que es querer y no poder. No es el mejor club del mundo, no será el mejor lugar pero como en todo, es el único que me ha dejado hacerme socio. Es el único lugar donde sé que nunca me sentiría a disgusto, porque es donde solo tiene prohibido el acceso la normalidad.
Realmente esta forma de ver las cosas, estos extremos en los que mi cabeza me lleva cuando vuelo rozando las nubes o raseando el cielo, a veces realmente me desespera.
Me gustaría ser mas lineal, mas gris, con menos cosas en la cabeza y sin buscar respuestas a todo lo que veo, a todo lo que siento o dejo de sentir. A veces, los días que llueve me gustaría poder llevar collar y corea, dejarme llevar por una mano por un camino en el que sea mas liso. A veces, los días de lluvia desearía convertirme en una mascota fiel, de esas que no rechistan, de esas que con una caricia mueven la cola, todo por un poco de comida y el calor de una buena cama al lado de la estufa nunca falta. A veces, solo a veces pensaría que podría ser algo mas normal. Entonces recuerdo la frase de una buena amiga, esa que dice que no hay nada menos normal que la normalidad. Entonces recuerdo que nací para ser un perro verde, eso es lo que soy y no puedo ni quiero cambiarlo. Soy un perro verde que se ve marrón como la arcilla, que se moldea e intenta que cada una de sus guerras internas se conviertan en palabras, en sentimientos, en imágenes que luego acaben plasmadas en un papel. Porque me guste o no siempre estaré mas cómodo en el desequilibrio, en ese continuo vaivén, en el todo y la nada. Nunca podré andar recto, ni quisiera aprender a hacerlo. Se que es un riesgo, que habrá mas días tristes, mas días en los que me pueda volver a plantear la forma de ver el mundo a través de mis ojos. Pero prefiero arriesgar a seguir así, porque no creo que a estas alturas pueda aprender a ser de otra forma. No puedo dejar de ser inocente, no puedo de dejar de ser un cabrón. No puedo dejar de improvisar, no puedo dejar de calcular cada movimiento. No puedo dejar de pensar, no puedo dejar de sentir. No puedo dejar de ser un perro verde. No puedo dejar de ser yo. Aunque para hablar de todo esto mejor el maestro.
La vida esta llena de puertas, algunas de madera maciza, de esas que solo se pueden abrir con al ayuda de un amigo. Esas puertas que tienen labrados tus miedos, tus pequeños y oscuros rincones en formas de dudas. Esos pomos enormes, con forma de monstruos de debajo de la cama y que por mucho que empujes, es difícil que puedas transparsarlas por ti mismo. Hay también puertas giratorias, de esas que te meten y sacan de lugares odiados y amados a cada segundo. A cada giro una sonrisa o una tristeza se dibujan en tu rostro, en tu corazón o se graban en tu alma. Hay barreras que te impiden continuar, barreras que intentan hacerte retrasar en olvidar, barreras como cadenas, barreras como un ancla que no te vuelve a dejar volar, de esas que duelen, de esas que convierten los buenos recuerdos en malos momentos de soledad. Barreras que hay que acabar por quemar, para poder seguir caminando entre las cenizas del pasado. Hay puertas con cerrojos por fuera, de esas que traspasas y te arrepientes tan solo con cruzar el umbral, de esas que tienes que escapar saliendo por una ventana. Saltando con los ojos vendados y sin saber si estas mas cerca del cielo o del suelo. Son golpes que te hacen ver que no todas las puertas son para traspasar, que no todos los cerrojos estuvieron para abrirlos, sobre todo si tu fuiste el que los cerró hace muchos años. Hoy como cualquier día conoces puertas, nuevas cosas que aprender y comprender. Con esa cosa que te hace volver a soñar que esta no será una nueva puerta anónima, deseando que tras esta puerta no tenga que volver a saltar por ninguna ventana, porque ya no me quedan tiritas para ninguna rozadura mas.
Ya se que hace poco hable de esto, pero es que cada día me parece mas que este circo esta mas podrido. Parece que la memoria no es suficiente una vez que el poder asoma por tus orejas, parece que no comprende que crecimos y vivimos en un pueblo que siente devoción por el mar, que mucha gente a vivido gracias y por él. Parece que olvidamos que los arrantzales se juegan la vida cada día, porque el mar es caprichoso y es cierto que da mil y un tesoro, pero cada cierto tiempo reclama su precio en forma de vidas humanas. Esos hombres y mujeres han decidido esa vida, saben los riesgos y los bordean solamente por querer trabajar, por querer hacer lo a ellos tanto les gusta. Sacrificando ver crecer a la familia, viviendo con el dolor de la distancia solo para llegar a un sitio donde puedan pescar su forma de vida. Sin embargo ahora deben luchar como antaño con piratas, con gente muy muy mala como te hacen creer los gobierno, que se dedican a asaltar a los barcos para poder pedir un rescate. Vamos por partes, digamos por ejemplo que vivieses en uno o quizás el país mas pobre de todo el planeta. Que el agua corriente es un tesoro tan codiciado como el oro y que ves morir a tus hijos, unos de sida, otros hinchados por el hambre. Me pregunto si ciertamente piensan que se iban a quedar quietos, que si alguien con un arma y con un sueño de una vida mejor les ofreciese una salida no la iban a coger. - No señor, abordar barcos y secuestrar gente es malo. Mejor dejo que mis hijos mueran y me quedo callado. Yo en su situación sería un pirata. Sin embargo, si un barco es apresado, si exigen un rescate, con el que por otra parte los piratas se quedan con una miseria, lo mejor es mostrarles quien tiene los huevos mas grandes. Mandar buques acorazados, atrapar un par de piratas y luego mostrarlos por todos los medios de comunicación. Es como si decir que mira quien tiene mas guevos. El problema es que los que se han sacado las fotos, no tienen a ningún familiar en ese barco y no tienen que llorar todos los días una ausencia. Eso sí, cuando es cuestión de fotos y por la libertad hay que ser duro con los radicales y usar todo el peso de la ley bajo ellos, con unos cuantos fotógrafos por medio siempre, que si no hay pruebas no funciona. Todo por y para la libertad, bueno libertad de algunos, porque los del barco en aguas de Somalia siguen presos. Es mas hasta que no han amenazado con matar alguno, no has dado su brazo a torcer, triste. Si a eso, sumamos que el señor que nos "representa" a todos los vasc@s ha tardado mas de un mes en hablar, que la ministra de defensa dice que es normal que ha habido mas secuestro así, que se a mentido a las familias para que no levantaran la voz ante este despropósito y que incluso han llegado a decir que manifestarse para que se arreglara era una equivocación, pues ciertamente da asco ver en esta libertad que vivimos. Libertad para estar inseguro, libertad para ir a la lista del paro, libertad para vivir debajo del puente. Eso sí, somos los primeros del fútbol, el baloncesto y el tenis somos cojonudos viva la roja. Lo jodido será que todavía miraremos a otros países y tildaremos de subdesarrollados y obsoletos. En fin, lo dicho, vivo en un país bananero.
Estos días no ayudan a las sonrisas, la lluvia borra la alegría como la tiza del suelo. Notas como la melancolía te arropa, el frío se te clava hasta los huesos y el agua limpia aquellos pasados en los que la felicidad no te hacía darle vueltas a todo. Pasados teñidos de futuros que jamás llegaran a ningún buen puerto porque se estrellaron con el iceberg de la realidad. Tal vez elegiste mal en los cruces y el último giro a la izquierda te hizo quemar lo que quedaba de tu juventud. Ahora, mas viejo, mas calvo y con menos brillo en los ojos sientes que tal vez debiste dejar menos al azar. Sientes que tal vez tuviste que pelear en mas batallas de las que huiste, que simplemente dejarse llevar no era la solución y que el viento no siempre sopla en la decisión correcta. Cuantos sueños se perdieron en los cruces, cuantos besos olvidaste, cuanta felicidad sacrificaste o cuanto tiempo quemaste en mirar al cielo en vez a la tierra. No sabes si es solamente el frío, si incluso ahora que deberías ser mas sabio por los errores la sigues cagando, si sigues eligiendo mal en los cruces. Esos mismas encrucijadas en las que antes pecaste de juventud y ahora lo haces por sentir que el tiempo se te echa encima. Tal vez ver que tu mapa de los sentimientos estaba obsoleto y necesita renovarse para comprender si los fallos de dirección se pueden solventar. En estos días no sabes porque pero la botella esta medio vacía y tienes ganas de terminarla, de sentir el sabor etílico del olvido y esperar en tu trinchera en forma de cama que el sol vuelva a calentar algo en tu interior. Algo por lo que tu pecho vuelva a latir, algo que te vuelva a hacer sentir que en ese cruce de caminos que es la vida, haya alguien con quien puedas elegir por donde caminar.
Vivimos en el mundo del rosa color mierda, ese color que solamente las sobremesas saben darte hasta que te salga por las orejas.
Músculos sin cerebro y silicona saturada, nos hacen preguntarnos si no habría sido mejor quedarnos en el árbol y seguir quitandonos los piojos los unos a los otros. Coexistimos con las mentiras para poder vender, da igual cuanta mierda salpique, es mas, cuanto mas salpique y el escandalo sea mayor, pues mucho mejor. ¿Y si no existe el escándalo? Pues se inventa por supuesto porque no hay nada mas barato que difamar, total, las grandes cadenas de la basura-visión pagan cheques en blanco a esta justicia de circo. Lo que pierden por un lado, los ganas por el otro porque siempre habrá alguien que les pague esa multa, en forma de publicidad, politono o todo tipo de merchandising de mierda, que solamente alimenta esta eterna rueda que destroza el buen gusto y el decoro. Realmente sigue siendo como aquellos payasos de la tele que nos preguntaban que tal estábamos, la diferencia, es que ahora lejos de tener ese encanto ahora solo la caspa, el escupitajo y el insulto del prime-time. El problema existe cuando ese mundo de rosa mierda se junta con la realidad. Con ese mundo de locos que vivimos, en el que los hijo de putas se les olvida que segaron una vida, que la estrangularon y trocearon, solo, para que sus padres no le vieran y su futuro corriese peligro. Tal vez a este malnacido hubiese que colgarle de los huevos el resto de su vida y seguro que se acordaría cada día. Aunque lo que realmente es asqueroso es que un seudo-periodista le pregunte a la madre de la víctima, esa misma que minutos antes había visto al asesino de su hija, haber si su hija había sufrido anteriormente malos tratos, dando a entender, que la culpa de que un asesino acabase con su vida había sido ella. Y me pregunto, ¿hasta donde vamos a llegar? Donde esta el límite de la decencia y la justicia para penar, si, digo penar todo este circo macabro en lo que se a convertido la televisión. Eso sí, si quieres pensar, si quieres buscar una solución para quizás el mayor problema que existe en estos lares, todo el peso de la ley cae sobre ti. Así que ya sabéis dejar de pensar y encender el televisión mientras dejéis que se os caiga la baba.
Los días que son especiales, esos en los que tu móvil suena diferente y te muestra un nombre te hacen pensar en esa persona. Puede sonar muy frío, pero ciertamente soy lo peor para las fechas, tanto, que a veces ni me acuerdo a veces en que día vivo. Es recordar el pasado y pensar como la vida no te roba a mano armada la felicidad. Sino que la transforma, la marca y te la enseña de nuevo en otra mirada, en otros sentimientos. Es algo extraño pero real. Es como comparar a alguien con un personaje de un programa infantil y hacerla rabiar. Crear un vínculo personal de una desconocida. Alguien que sin saber porque, te iba a encantar que se sacara el pasaporte de tu particular realidad. Puede ser un cúmulo de sensaciones, de esos lazos invisibles que se forman con ciertas personas, en cierto lugares y sobre todo en ciertos momentos. Ahora no se si se arrepentirá de nuestra primera conversación etílica, esa donde los signos zodiacales, las bolsas sorpresas y las dudas existenciales labraron el principio de algo especial que tardó tiempo en florecer. Un año después, en esa época en la que todo me parecía tan gris y con un corazón en obras regreso como las hojas de Noviembre. Esos momentos en los que nada me hacía volver a buscar algo por lo que emocionarme, volvió como agua de mayo en un seco Septiembre. Entonces florecieron las noches de brindis, los juegos prohibidos, las tardes del café, cine y eternas conversaciones sobre los mil y un temas que surgen de las dudas. Tal vez su vital planificación y mi caótica existencia conectaron antes que lo hicimos nosotros mismos. Seguramente su cordura y mi extraña locura de sonrisa traviesa hagan que a veces parece que nuestras edades están cambiadas y por eso es tan vital para el otro. Pueden ser por muchas razones que se resumen en una sola, una que nos ha hecho pasar tantos buenos momentos. Algo tan sencillo como saber lo que necesita el otro, cada uno nos cambiamos el papel con el otro, a veces maestro a veces alumno. Por eso hoy me toca ser la vela para una cumpleañera. Hoy solo puedo desear que no se aleje nunca demasiado porque ella sabe poner orden en mi cabeza (estudia para eso) y sobre todo porque sabe sacarme una sonrisa. Hoy que es tu día amiga mía, tan solo me queda decirte que.....Es normal 24 horas al día. (jeje)
La gente define la consciencia como un angelito y un demonio, tal vez, algunos tengamos un gilipollas y un demente. Es lo que pasa por tener demasiadas heridas debajo de la piel, demasiadas partidas perdidas en juegos perdidos que han causado deudas que creíste saldadas. Piensas que estas bien, que todo esta claro y cuanta mas luz vez mas ciego acabas, cuanto menos quieres pensar mas neuronas asesinas en formas de galimatías de imposible resolución. Es intentar aprender ser sabio a base de tropezar, a base de darte ostias y volverte a levantar. Es como querer pintar un mapa con tus errores con una memoria de pez. Son esas sensaciones al límite de la razón, al límite de la genialidad y cayendo casi en lo absurdo. Es no comprender porque bombea tu sangre, a veces toda en el pecho, a veces toda en la cabeza pero nunca equilibrada. Mi espalda me lo recuerda cada mañana cuando me miro al espejo. No existe el equilibrio, no para alguien que nunca supo ser políticamente correcto a la hora de sentir. Excesos de nicotina, excesos de noches, exceso de querer vivir. Una tormenta que hunde los barcos que se me acercan, que los trata a merced de las olas y sabe que no puedo hacer nada por evitarlo. Porque para bien o para mal este mar soy yo, en calma en los momentos buenos, en llamas en los momentos malos. Porque el equilibrio se escribió para perderlo.
No hay nada mejor que descansar de la continua rutina, coger mochila y escapar aunque sean dos días de algo diferente. Ir a una ciudad donde gobierna el terror, para encontrar noches a las seis de las tardes, son bares conocidos de esquinas como trincheras en las que mezclar todas las graduaciones, son momentos de hablar sobre peluqueros o puntos de vista diferentes del amor. De darte cuenta que aun te falta, que aun necesitas encontrar a esa persona especial para tu corazón y que sin embargo hay gente que te hace sonreír entre trago y trago. Son momentos de manta y película de terror, algunas malas, otras salvables pero todas menos terroríficas que la realidad. Ando buscando mi lugar, mi espacio y cada día me equivoco y acierto mil veces, sin embargo la gente que me queda cerca me conoce y sabe que de mis errores siempre acaban saliendo aciertos. Un fin de semana diferente, de viento y agua como despedida, de sonrisas de preguntas sobre cisnes y fregados. Fin de semana de buscar una camiseta que al final no se compró, de volver a perderse hasta cuatro veces, de helado de kinder y nata. Un fin de semana para coger aire, en buena compañía y saber que hay gente que seguirá siendo amiga fiel aunque se empeñe en querer explicarte que es una brújula.
