Es el título de un bonito poema, adaptado en una canción como solo Lichis lo podía haber hecho, es decir, a su puto y genial rollo.
La verdad es que todo el mundo es una enorme jaula y que todos, desgraciadamente, vivimos dentro de ella sin excepción. Los hay que la ven mas pequeña
, otros tan grande que apenas ven los barrotes del otro lado, los hay que ven los barrotes tan delgados que creen poder doblarlos, o incluso algunos, piensas que se pueden colar entre ellos y escapar.
Lo que no saben es que esas prisiones, esas peceras de claras paredes están creadas por nuestras mentes. Enfermedades por delgadez, violencia, envidia, o buscar una salida fácil a problemas que no queremos afrontar, nos hace día a día acomodarnos en nuestras particulares celdas. Pensamos que tal vez dentro de ellas se viva mejor, total, nos dan de comer y nos entretienen con la televisión, imaginando durante un instante, como sería tu vida si fueses tú el que estuviera del otro lado de la pantalla.
Pero ese gratificante sopor no nos hace observar la cruda realidad. No comprendemos que del otro lado de la pantalla la jaula sigue existiendo. Tal vez sea de barrotes de oro, pero sigue siendo una jaula a fin de cuentas. No entendemos que todos ellos ya han olvidado lo que es volar en libertad, que su puerta ya esta cerrada para siempre y tan solo podemos observarlos mientras nos obsequian con el mejor de sus cantos.
Quizás este algo loco, pero yo quiero salir al desconocido exterior y abrir la puerta de mi jaula. Saltar al vacío e intentar volar aunque sea durante un instante.
Porque lo que tengo claro, es que yo no tengo ni idea de cantar.
La verdad es que todo el mundo es una enorme jaula y que todos, desgraciadamente, vivimos dentro de ella sin excepción. Los hay que la ven mas pequeña
, otros tan grande que apenas ven los barrotes del otro lado, los hay que ven los barrotes tan delgados que creen poder doblarlos, o incluso algunos, piensas que se pueden colar entre ellos y escapar.Lo que no saben es que esas prisiones, esas peceras de claras paredes están creadas por nuestras mentes. Enfermedades por delgadez, violencia, envidia, o buscar una salida fácil a problemas que no queremos afrontar, nos hace día a día acomodarnos en nuestras particulares celdas. Pensamos que tal vez dentro de ellas se viva mejor, total, nos dan de comer y nos entretienen con la televisión, imaginando durante un instante, como sería tu vida si fueses tú el que estuviera del otro lado de la pantalla.
Pero ese gratificante sopor no nos hace observar la cruda realidad. No comprendemos que del otro lado de la pantalla la jaula sigue existiendo. Tal vez sea de barrotes de oro, pero sigue siendo una jaula a fin de cuentas. No entendemos que todos ellos ya han olvidado lo que es volar en libertad, que su puerta ya esta cerrada para siempre y tan solo podemos observarlos mientras nos obsequian con el mejor de sus cantos.
Quizás este algo loco, pero yo quiero salir al desconocido exterior y abrir la puerta de mi jaula. Saltar al vacío e intentar volar aunque sea durante un instante.
Porque lo que tengo claro, es que yo no tengo ni idea de cantar.
3 Comentarios:
Tdo el mundo es una enorme jaula... nada más alejado de la realidad, en mi modesta opinión. La jaula, perceptible ante nuestros adiestrados ojos, no es más que un mero espejismo creado por el sistema y alimentado por nuestra actitud cobarde ante la cruda realidad. Si alguien describió esta brillante metáfora con una genialidad sin igual fueron los hermanos Wachowski en Matrix, en el fondo, todos sabemos perfectamente que no hay barrotes, el verdadero temor que nos asalta a la hora de elegir la pastilla roja o la azul es el miedo a la soledad, a la incomprensión. ya que una vez que decidimos ignorar los barrotes imaginarios no hay más opción que tratar de de derribar la ilusión y permitir que todos podamos desplegar libremente nuestras alas.
Ni creo, ni creeré nunca, que los grandes soñadores del mundo, escondidos bien bajo nombres como Pablo Neruda, Emiliano Zapata o Ernesto Guevara, o bien bajo el anonimato de los siervos de la gleba o los indígenas de Chiapas, derribaran esos barrotes para poder disfrutar de la libertad en un vuelo solitario.
Ya lo sabes, si quieres volar, tranquilo, siempre habrá algún compañero que sostenga tus alas, estamos preparados, pues, para la revolución?
Pues yo también creo que desgraciadamente vivimos en una gran jaula, aunque también creo que es porque queremos... Supongo que es la situación de la propia soledad la que la ha creado, incluso hay que reconocer que en ciertas ocasiones hasta nos sirve de excusa perfecta para no dar el salto al vacío... simplemente por comodidad o porque preferimos regodearnos en nuestra propia indiferencia hacia lo que nos rodea...
Yo por mi parte, hace algún tiempo que decidí abrir la puerta de mi jaula...supongo que aún tengo que aprender a volar mejor... a veces lo que necesitamos es un empujón para salir de ella, una mano que nos agarre si tropezamos...
Fé de erratas: en la cuarta línea no es soledad, sino SOCIEDAD.
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