2/04/2007

BARRIO SESAMO NOS HIZO...............MAL


La gente se pregunta porque demonios mi generación salió tan rara, ya sabéis, todos aquellos que nacimos en el inicio de la década de los ochenta y crecimos con una televisión diferente, diríamos que incluso algo peculiar.
Ahora, que ya han pasado los años, doy gracias por no haber acabado siguiendo las enseñanzas de aquel laureado programa de televisión llamado “Barrio Sésamo”
Al oír este nombre mucha gente pensara “que buenos recuerdos”……! Y UNA MIERDA¡
Yo creo que nadie se ha puesto a pensar jamás, en verdad que se escondía detrás de aquel programa, y lo contraproducente que fue para todos los pobres niños que lo vieron frente a su televisor.
Empezaremos por su protagonista, Espinete.
Para quien no lo viera jamás o no se acordara, Espinete era un erizo rosa enorme de más de dos metros de altura, que parecía tener la edad metal de un niño de cuatro años. No iba al colegio ni nada por el estilo, tan solo deambulaba por las calles, siempre en totalmente desnudo, hablando con niños a los que triplicaba en tamaño y en edad.
Algún quisquilloso replicará diciendo que Espinete era también un niño, y no voy a poner en duda esa teoría porque es tan estúpida como es la mía, así que por lo tanto válida al 100%. Ahora bien, si tomo esa hipótesis como cierta en seguida se me plantean dos dudas:
a) Si ya con esa edad medía más de dos metros, cuando pegara el estirón me imagino que acabaría siendo más alto que un edificio.
b) ¿Qué clases de padres tenía, si durante los años que duró el programa jamás le visitaron? ¿Es que murieron peleando contra Gozilla o King Kong?
El puercoespín, se juntaba con los niños del barrio, cuya función era intentar culturizarle un poco. Lamentablemente, como buen tonto del pueblo que era si no lo entendía se empezaba a reír y cambiaba de tema. Por si no fuera poco, el pobre desgraciado, además de no tener ropa ninguna, tenía que vivir en una chabola que parecía que se iba a caer en cualquier momento.
Estaba hecha de una madera podrida y su interior no presentaba mucho mejor aspecto, era igual de triste que la fachada. En ella tan solo una desvalijada cama y una estufa, que contaba ya muchos años, era todo el mobiliario que poseía. Esta lamentable situación demostraba que vivía en la más absoluta pobreza, tanta que una vez casi coge un simple constipado y estuvo a punto de diñarla.
Para acabar con su mobiliario nos encontrábamos con un armario que tan solo contaba con un horrendo camisón que usaba para dormir. Un hecho estúpido en un principio, si pensamos en su vena exhibicionista, pero como luego voy a explicar, también detrás de ese absurdo echo se escondía una oscura realidad.
Aunque eso sí, todo el mundo quería al erizo rosa.

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SOLAMENTE UNA PIEZA...