7/26/2011

LA MARMOTA Y LA CHARCA

Fin de semana largo para nuestra marmota y que bien lo ha pasado, aunque la verdad es que tuvo consecuencias inesperadas.
Todo comenzó como empiezan los grandes desastres con una ocurrencia inocente en su alocada cabecita y pensando en la conversación que tuvo con una nueva leona valenciana intentó emularla.
- Soy un león, soy un león.- Se dijo delante de un espejo hasta estar totalmente convencida.
Así salio el viernes pero como siempre pasa en esos casos con la mentalidad intacta hasta que encontró la primera charca, luego la segunda y así acabó en medio de una tempestad en busca de un taxi para regresar a la madrigada.
El Sábado levantó su cuerpo que no su moral con la idea de volver a mirarse al espejo pero solo con mirar su reflejo se asustó.
"Esta noche nada de charcas" Se prometió.
Pero una marmota sedienta siempre es una marmota sedienta y de nuevo a las charcas, de nuevo entre risas y esta vez fue lo suficiente responsable como volver de día...a la mañana siguiente.
Antes risas, verdades entre hachazos y un mar de gentes que conocer pero sin el instinto felino que se había prometido buscar en su interior.
Entonces el domingo regresó y como buena marmota que era decidió hacer gala a su nombre y dormir todo el día a pesar que sabía que la noche siguiente no pegaría ojo.
Con lo que no contaba es con esa tontería que le invadiría a la mañana.
Entonces pensó en hacer las paces con el mundo y cuanto mas se sumergía en su propia estupidez mas se lamentaba de su reflejo e hizo lo que no debía de haber hecho...porque es lo que hacen las marmotas disfrazadas de león y con alma de Ñu, que al final, se convierte en un perezoso.
Descubrió que hay cosas que no podía cambiar y otras que habían cambiado o incluso algunas que no eran como había pensado que serían y aquello le entristeció.
Fue así, entre lamentos, cuando su reina le devolvió a la realidad y le hizo comprender que no estaba preparado para andar contra corriente. Siempre había ido manteniendo el equilibrio, pasito a pasito, sin importar quien le juzgase o dejase de juzgar por sus errores.
El no era ni un león ni un Ñu, ni siquiera un cocodrilo. El solo era una marmota que iba a su ritmo sin importar quien se quedase a su lado en el camino. Siempre con esa sonrisa entre cabrón y angelito a sabiendas que quien debía estar estaría compartiendo sus acertados fracasos y al resto...no podría culparles por no seguir su kamikaze viaje hacia ningún lugar.
Por eso al oir esta canción se la quiso dedicar y dedicarla a todos aquellos que a veces confunden el sentimiento con algo tan azucarado que resulta empalagoso.

Así que para todos esos románticos de truchos y truchas va por nosotros!!

A la luna es que le va la marcha y acaba contándole penas al alba
Estaba aburrida de serenatas de tanto poetas!!!




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SOLAMENTE UNA PIEZA...