FECHAS DE CADUCIDAD

Vivimos en la época de las fechas límites. Todo tiene un tiempo y un espacio para ser consumido, saboreado o devorado, sin excepción. Aunque bien cierto es que a veces tentemos a la suerte, mientras creemos que el espíritu del último superviviente y en un momento de ingenua osadía intentemos saltarnos a la torera la temporalidad de las cosas (Hablo de los Yogures y nuestro "pequeño" olvido de mirar la caducidad antes de comérnoslo).
Sin embargo estas fechas se puede usar para cualquier ámbito de la vida, mas aún, teniendo en cuenta en el mundo de "comida rápida sentimental" en la que hemos empezado a vivir sin valorar lo que realmente vale un buen bocado de delicia.
Lo queremos todo y lo queremos ya, dejando de lado los tiempos, sin conquistas ni miradas, sin otra cosa que el placer rápido y vacío que aporta un polvo que no es ni mágico ni inolvidable.
Pasa lo mismo con la amistad o la gente que nos rodea desde hace años, tantos, que a veces confundimos lo Añejo con lo podrido o lo joven como algo inmaduro.
Sin embargo a mi forma de ver cada relación tiene su código de barras, unos que te marcan que ya esta en tan mal estado que no queda otra cosa que tirarlo a la basura.
Otras en cambio no se pueden leer y su conservación siempre vendrá dada al tiempo y la forma las cuides.