FORMATEO!!!

A veces aun me sorprendo de mi torpeza, que cuando se mezcla con mi aburrimiento causa estragos mas grandes que un mono con el botón rojo de la destrucción mundial...bueno igual no tanto que Bush lo tuvo durante ocho años y al final no pasó nada (de milagro).
Ayer como no tenía otra cosa mejor que hacer me dio por formatear el teléfono, que al igual que los ordenadores, es la mejor solución cuando deja de funcionar correctamente y lo llenamos de mierda.
Lo que no sabía era que perdería TODOS los números de teléfono.
Así que mi nuevo entretenimiento ha consistido en recuperar cada uno de esos numéricos perdidos, por eso, si alguien lee esto que me lo mande, que prometo no volver a perderlo...bueno intentaré no volver a perderlo, mejor dicho.
Por eso entre correos, mensajes y llamadas he pasado la mañana, optando por una mentalidad positiva ante la situación...creo que empiezo a poner demasiado incienso en casa.
Por eso me he dado cuenta de una cosa...LA CANTIDAD DE TELEFONOS QUE ACUMULAMOS QUE NO USAREMOS JAMÁS!!!
Es como el síndrome de Diógenes. Nos da igual que haga años que no sabemos de esa persona o que apenas nos ate ya nada a ella, simplemente lo dejamos ahí, que como no molesta ni ocupa espacio, pues seguro que no hace ningún mal.
Aunque eso crea problemas (por lo menos en mi caso dado mi nivel de desastre) de acabar con 4 contactos con el mismo nombre y luego no saber realmente a quien llamar cuando necesitas a uno de ellos.
Pero sobre todo, tenemos la mala costumbre de quedarnos con los teléfonos de nuestr@s ex novios, rollos o relaciones esporádicas. Es una manera de mantenernos atados al pasado y tirar de esos recuerdos cuando algo se cruza en nuestro camino...el problema, es cuando a las tantas de la mañana, con el alcohol navegando libre por nuestra sangre a veces dejamos de pensar con el cerebro y comenzamos a hacerlo con otro órgano.
Los dedos se mueven solos y sin poder evitarlo...premio! hemos mandado un mensajito del que nos arrepentiremos la mañana siguiente o hemos contado algo que no debió salir jamás de nuestras bocas.
Por eso, pensando objetivamente en lo ocurrido, tal vez formatear nuestra vida de vez en cuando no sea tan malo. Quedarnos con los que significan algo en ese momento, el presente y dejar marchar al pasado sin segundas, terceras o veinteavas partes, porque a fin de cuentas, si algo no funcionó en su momento, es mas fácil que siga sin funcionar.

MORALEJA: Es mas facil evitar la tentación cuando no la tienes a la vista!